El deplorable estado de las carreteras aragonesas es generalizado y, en la mayoría de los casos, va más allá de la incomodidad a la hora de rodar con nuestras bicis sobre un pavimento irregular. Es tal el deterioro de las mismas, que ya afecta de una manera preocupante a la seguridad no sólo de los ciclistas, sino del resto de vehículos que transitan por ellas. No hace muchos días, varios colectivos ciclistas unieron sus voces para reivindicar la mejora de la “carretera ciclista” que rinde homenaje en el pueblo natal de Goya, Fuendetodos. Dado el desdén de las autoridades a las que pagamos sus sueldos con nuestros impuestos, es lógico que las protestas vayan proliferando en lo sucesivo. Hoy, sin ir más lejos, nos hemos encontrado con una de ellas en la carretera que va a Farlete y Monegrillo, en plenos Monegros. Varios vecinos de la redolada han cortado esta mañana la vía, en un nefasto estado de conservación desde hace ya bastante tiempo, para demandar a los que dentro de muy poco nos pedirán el voto que tengan a bien acometer el necesario mantenimiento de esta carretera. Los frecuentes accidentes acaecidos en los últimos tiempos, bien pudieran ser un motivo digno de tener en consideración. Al paso por el punto de la protesta en cuestión, las gentes que allí estaban haciendo oír sus voces, nos han invitado a unirnos a dicha protesta. A lo que hemos accedido de buen grado.
Difícil se antoja la solución a este problema que parece se va a tornar endémico. Los presupuestos están esquilmados y las actuaciones de los políticos que tienen poder para ello no encuentran el jugoso rédito político que las hagan rentables. Ya saben, en Aragón somos pocos habitantes. Pocos votos. Tal vez, se nos ocurre, si cambiásemos de sistema político, en lugar de una democracia, rigiese nuestros destinos una “geocracia”, nuestra suerte sería diferente. Es decir, si en lugar de gozar de una representación política por números de habitantes, ésta fuera proporcional al número de metros cuadrados de la superficie de la Comunidad Autónoma en cuestión, seguramente se nos haría más caso y nuestras carreteras, entre otros servicios, estarían en mejores condiciones.