lunes, 30 de enero de 2012

Ronse: El Mundial maldito para los belgas

A tenor de los resultados de las últimas campañas, no cabe duda que el máximo exponente del ciclismo belga en ruta actual es Philippe Gilbert. En su ya dilatada nómina de triunfos, sólo se echan de menos tres hitos que le permitan codearse con los más excelsos “clasicómanos” de la historia del ciclismo. París-Roubaix, Tour de Flandes y Campeonato del Mundo no deberían faltar en el palmarés del campeón belga. En cuanto a este último objetivo, si no lo consigue esta temporada, lo mejor que le puede pasar al de Aywaille es que en 2013 no se celebre en la localidad belga de Ronse o, si prefieren la acepción francófona, Renaix. Y es que la maldición de esta población flamenca, de arraigada tradición ciclista, persigue a aquellos favoritos belgas que pretenden ser campeones del Mundo, cada veinticinco años.

Ronse 1963
Aquel mundial de 1963 suponía la oportunidad perfecta para que Rik II, el “Emperador de Herentals”, se encumbrase ante su público como el mejor ciclista belga de la historia (todavía un tal Eddy Merckx estaba forjando la leyenda que le auparía al más alto estamento del Olimpo Ciclista). Rik Van Looy estaba a un paso de alcanzar su tercer maillot arcoíris. Para lo cual, presentaba sus credenciales: un impresionante palmarés en las más importantes carreras de un día, amén de multitud de etapas en Tour y Giro, y una potente selección belga adiestrada con el único objetivo de llevar a su líder en las mejores condiciones a la recta de meta, donde su veloz compatriota impusiese su incontestable punta de velocidad.



Por si todo esto no fuera suficiente, el recorrido era perfecto para las cualidades del de Grobbendonk. Un trazado prácticamente llano con el Kluisberg a apenas una decena de kilómetros de la línea de meta. La carrera se desarrolló de acuerdo con el guión marcado por el combinado belga y, tras controlar la misma, en el último paso por dicha dificultad, el grupo de cabeza quedaba reducido a una escasa treintena de ciclistas. Van Looy rueda confiado hacia la meta al observar satisfecho como seis de ellos son compatriotas suyos. La escuadra belga, cumple solícita con su cometido y todos los belgas tiran a bloque en los últimos kilómetros. Todos menos uno. En esos momentos, seguro que el campeón belga no se percató que eran cinco los compañeros que iban relevándose en cabeza de carrera, para imponer un ritmo que impidiese cualquier movimiento postrero contrario a sus intereses. A cola del grupo principal, iba un joven flamenco llamado Benoni Beheyt que ese mismo año había ganado, entre otras, la Gante-Wevelgem. Van Looy, ajeno a tal circunstancia, lanza su poderoso sprint a doscientos metros de meta. Observa, en plena descarga de adrenalina, como su mayor opositor al entorchado mundial, el holandés Jo de Haant, ya no tiene ninguna opción a remontarle y siente a todos sus rivales por detrás suyo. La tercera medalla de oro ya no se le puede escapar. Sin embargo, cuando ya saborea las mieles del triunfo, siente una presencia a su izquierda que pugna por rebasarle. Observa contrariado como ostenta los mismos colores que él. Se trata del díscolo Beheyt. En un claro gesto de impotencia, pues su sprint ya agoniza, Van Looy no puede evitar la tentación de cerrarle contra las vallas con el fin de impedirle el paso, mientras que Benoni Beheyt no duda en agarrar del sillín a su jefe de filas para franquearse el paso hacia la victoria.


El escándalo estaba servido. En un ciclismo, como era el de aquellos años, donde las jerarquías estaban estrictamente definidas, la osadía del prometedor belga había transgredido una de las más sagradas leyes del deporte del pedal. Los compañeros de selección no celebraron el excepcional doblete. Durante la posterior ceremonia del podio, donde apenas se percibieron unos tímidos aplausos, la tensión fue patente. El holandés Jo de Haant, digno convidado de piedra, pretendía permanecer ajeno a la situación. Van Looy, destrozado y traicionado, apenas podía levantar la mirada del suelo, evitando cruzarla con la del nuevo Campeón del Mundo que esbozaba una tímida sonrisa en lo alto del podio, ignorante de que aquel iba a ser el final de su prometedora carrera ciclista.



La afición belga se puso del lado de Rik II. Los pocos partidarios de Beheyt no dudaron en defender a su héroe y, en días ulteriores, no fueron raras las ocasiones en que las disputas en bares sobre el desenlace de este Campeonato del Mundo acabaron a mamporros. Dentro del colectivo ciclista, el flamante campeón fue repudiado, incluso por su propio equipo (Gancia - Groene Leeuw) que no le renovó una vez que expiró su contrato en vigor en 1966. Ninguna escuadra de renombre quiso contar con él y tuvo que acabar su carrera en un equipo de segunda fila (Pull Over Centrale), donde no logró ninguna victoria.



Ronse 1988
Claude Criquielion se había convertido en el referente del ciclismo belga en la segunda mitad de los ochenta. En plena transición entre los veteranos Vanderaerden o Planckaert y previo a la eclosión de esperanzas como Van Hooydonck o Museeuw. Victorias en Tour de Flandes, Flecha Wallona, Clásica de San Sebastián, Flecha Branbançona, Tour de Romandía, Midi-Libre, entre otras, o ser el mejor belga en el Tour de Francia, así como el maillot arco iris conseguido en el selectivo circuito de Montjuich, cuatro años antes, eran el mejor aval para liderar la potente selección belga en un circuito donde la mayor dificultad se localizaba en la exigente recta de meta y los metros posteriores a la misma. Una cita a la que llegaba en una buena forma, como evidenciaban sus excelentes resultados esa temporada, entre los que destacaban la victoria por segunda ocasión en el Midi-Libre, el G.P. Frankfurt, el G.P. Wallonia y su acostumbrada clasificación entre los mejores del Tour.

Las tres grandes potencias “mundialistas” (a la sazón Bélgica, Italia y Francia) controlaban una carrera muy disputada. En la fase final de la misma, una avanzadilla de nueve unidades mantenía una exigua diferencia sobre el mermado pelotón. Belgas e italianos contaban con dos efectivos respectivamente. El experimentado Nevens y el jovencísimo Ballerini, destacados un puñado de segundos, permitían que sus compañeros Planckaert y Bontempi rodasen cómodamente vigilando a uno de los principales favoritos que había logrado inmiscuirse en la fuga, el alemán Rolf Golz. El combinado español, también portaba un representante en vanguardia, Alvaro Pino, que defendía los intereses de su jefe de filas para la ocasión, Juan Fernández. No en vano, es la selección hispana la que toma las riendas del grupo principal y, comandados por Indurain, Aja y Rodríguez Magro, consiguen enjugar la ventaja de los de delante. A dos vueltas del final, el público belga coreaba el nombre de “Eddy, Eddy” al ver pasar, con apenas dieciocho segundos, al único superviviente del intento: su compatriota Eddy Planckaert. Durante la penúltima vuelta, se sucedieron los ataques y, merced a ellos, se compuso un grupo en cabeza que sería el que se jugaría la victoria. En esta ocasión, Francia contaba con superioridad numérica, mientras que Bélgica y España conseguían el objetivo de colocar en vanguardia a sus jefes de fila. Al comienzo del último giro, el sonido de la campana de meta se vio ahogado por el rugido de un enfervorizado público que, entusiasmado, presenciaba el demoledor ataque de Claude Criquielion en la zona que representaba la mayor dificultad del trazado. Nadie le puede seguir en primera instancia y el grupo que le acompañaba pierde su unidad. Tan sólo el joven italiano Maurizio Fondriest, merced a un potente demarraje, es capaz de llegar a la rueda del belga e inmediatamente le ofrece el relevo. La sintonía entre ambos, a falta de poco más de una decena de kilómetros para el final, es perfecta. Los relevos se suceden, sabedores de que la diferencia con los perseguidores es escasa. Estos se recomponen en apenas nueve unidades y los franceses, en lugar de tirar a relevos, deciden arrancar a por la pareja de cabeza. Ronan Pensec es el primero en intentarlo, pero se queda en tierra de nadie. Laurent Fignon sucede a su paisano en el empeño, pero también es en vano. El siguiente es Martial Gayant que se lleva consigo la rémora del italiano Cassani. Lejos de contactar con los dos destacados, los parones que suceden al aborto de estos intentos, permiten mantener la ventaja de aquellos. A unos cinco kilómetros para la llegada, el canadiense Steve Bauer que ese año había firmado su mejor actuación en el Tour con un cuarto puesto, remacha un postrero intento de Pensec. Nadie responde de inmediato al americano y es Gayant quien lo hace, pero tarde, incapaz de cogerle la rueda. Criquielion y Fondriest siguen porfiando en el empeño. A medida que se adentran en el casco urbano de Ronse, el belga, haciendo valer su experiencia, intenta meter presión al joven italiano advirtiéndole de la inminente presencia de los perseguidores. Dentro del último kilómetro, relajan el ritmo por mor del típico ritual de vigilancia de cara al sprint victorioso. Circunstancia que es aprovechada por Bauer que logra contactar con ellos a setecientos metros de la línea de meta. Las miradas entre los tres se suceden, los nervios a flor de piel, sabedores que la pericia al sprint del rival puede suplirse por la mayor reserva de fuerzas de uno mismo. Comienza el serpenteo característico de un lado a otro de la calzada, de la valla izquierda a la derecha. La meta está allí delante, donde la pendiente de la calle adquiere una inclinación superior al 10%. A doscientos metros de la misma, el rubio canadiense lanza el arreón definitivo que es contestado por sus dos rivales. El belga pretende rebasarle por el lado derecho, el más cercano a las vallas, mientras el italiano prefiere hacerlo por el otro. Criquielion, el ídolo del público, comienza a remontar y Bauer decide sentarse para cambiar de desarrollo, cuando nota su presencia a su diestra. No duda en cerrarle contra la valla. Su codo contacta con Criquielion que desestabilizado, en pleno esfuerzo supremo, choca contra la misma cayendo al suelo. El público no da crédito a lo que está presenciando. Nadie ve como Fondriest vuela hacia la línea de meta, mientras que Bauer, abrumado, apenas da unas cuantas pedaladas más. Criquielion se levanta instintivamente, pero es consciente de que su sueño se ha esfumado. Impotente, levanta el brazo reclamando. Su bici tampoco está por la labor de finalizar esa pesadilla rodando y no le queda más remedio que arrastrarla hasta la línea de meta. Los perseguidores van llegando ajenos a lo sucedido. Juan Fernández no tiene rival en el sprint por el que a priori, iba a ser el quinto puesto, mientras se oyen los primeros silbidos y abucheos. Finalmente, Bauer será descalificado, lo que permitió a Luis Puig, presidente de la U.C.I., colgar el bronce alrededor del cuello de Juan Fernández.

Claude Criquelion interpuso una demanda judicial contra Steve Bauer, cuyo proceso duró mucho tiempo y que, finalmente, exculpó al canadiense. Para quien el incidente de Ronse no supuso una rémora en su carrera deportiva que se dilató hasta 1996 con triunfos del prestigio de Campeonato de Zurich o Dauphiné, entre otros.

viernes, 27 de enero de 2012

"Tamayazo" en Motorland

Por segundo año consecutivo, la escudería de El Carajillo Alegre ha tenido un papel relevante en el circuito de Motorland con motivo de La Invernal. Los tres pilotos carajilliles lograron meterse entre los cuatro primeros de la prueba reina que este año veía recortado su kilometraje a 100 kilómetros. El mono de El Carajillo Alegre se lo enfundaron, en esta ocasión, los “fratelli” Tamayo y Jorge “el Maño”.

La mañana no fue tan fría como la del año pasado, pero aún así hizo honor al nombre del acontecimiento. No obstante, los carajillos presentes en Alcañiz, se propusieron, desde los primeros compases de la prueba, no pasar mucho frío. Para ello, ¿qué mejor que un buen calentón para coger temperatura?. Con el paso de las vueltas, los hermanos Tamayo se quedaron solos en cabeza y se disputaron el triunfo que fue a parar a manos de Sebas “Bizcochito”, invirtiendo la clasificación del año pasado. Jorge “el Maño” disputó el sprint por el tercer puesto, ocupando la segunda plaza del grupo de perseguidores en el que se impuso Diego (C.C. Utebo).

En la más estricta intimidad de los dos protagonistas quedará lo que realmente sucedió en los últimos kilómetros. ¿Se cobró cumplida venganza “Bizcochito” por la derrota del año anterior?, ¿tuvo a bien Dieguechu dejar a su hermanico pequeño un retazo de gloria en estos albores de la recién estrenada temporada?, ¿quiso y no pudo o, quizás, pudo y no quiso?,… cuestiones irresolutas que jamás alcanzaremos a saber.

"El Maño" con metros delante del pelotón.


Dieguechu dando las primeras pedaladas de la jornada. Todas las fotos, excepto la del podio, se las hemos mangado a "surco" (foromtb).


viernes, 20 de enero de 2012

G.P. Canal de Castilla 2012

Hace unos meses, dábamos a conocer a nuestros lectores el nacimiento de una “clásica” con tintes épicos que, a buen seguro, está llamada a convertirse en un referente dentro de su modalidad (La “Roubaix” española). Nuestros amigos del G.P. Canal de Castilla nos han enviado un video promocional de dicha prueba que deseamos sirva para animar a tomar parte en este atractivo reto.


Más información en http://gpcanaldecastilla.wordpress.com/

lunes, 16 de enero de 2012

Globeros en la niebla

¡Cuán efímera es la dicha en la grupeta del globero!. Nos las prometíamos muy felices, tras nuestro anhelado encuentro con Helios el día anterior, cuando nos despertamos el domingo rodeados de nuevo por la impertinente y traidora niebla.


Sin duda que la ausencia del Astro Rey sobre nuestras cabezas condiciona nuestro estado anímico y el caso de la fauna bicicletera de El Carajillo Alegre no es una excepción. Quedaba patente en el punto de reunión la apatía que dominaba a los componentes de la grupeta carajillera. Dicen que el rostro es el espejo del alma y, a tenor de los que podían observarse en el bar donde acostumbramos a quedar, nuestro espíritu no estaba muy por la labor de pedalear dentro de una sempiterna nube a temperaturas inferiores a los cero grados.


No obstante, la épica del deporte ciclista se impone y, con paso cansino, orientamos nuestros manillares hacia la carretera de Teruel que se tiene por la más soleada. En esta ocasión, el esfuerzo fue en vano. La niebla, el frío, dos pinchazos, amén de las recomendaciones de los cuerpos de seguridad del estado (léase Guardia Civil), hicieron mella en nuestra voluntad y, al paso por María de Huerva, decidimos parar a calentar nuestros ateridos cuerpos. Sin embargo, el objetivo de la jornada estaba cumplido. Éste no es otro que disfrutar con la bici bien sea pedaleando en pos de mejorar nuestra forma física, bien charlando con los amigos frente a un humeante café.



sábado, 14 de enero de 2012

Huyendo de la niebla

Son fechas cercanas a la festividad de San Antonio Abad, venerable varón de reconocido prestigio por el Alto Aragón, y como dicen por ahí que


“… pasado San Antón,
la niebla a un rincón
y los huevos al trompón…”

algún carajillo no ha tenido a bien esperar al próximo martes, día que se celebra la onomástica del citado santo, para recibir sobre su casco los tonificantes rayos del Sol. Así, se impone la necesidad de alejarse de las “boiras pretas” que anidan en el valle del Ebro y realizar nuestra particular “pllega” que sirva para recolectar los anhelados, durante toda la semana, destellos del Astro Rey.

A espaldas de Carlicos, en la lontananza, se columbra la espesa niebla que se cierne sobre la capital del Ebro.

viernes, 6 de enero de 2012

Día de Reyes: El día de los niños

Hoy, día en el que conmemoramos la festividad de la Epifanía, más conocida por la adoración de los Reyes Magos y los regalos que éstos le ofrecieron al Mesías, es el día de los niños. Son, sin duda, ellos los principales protagonistas de una jornada donde muchas ilusiones se materializan a los pies de un árbol adornado. Pese a la evolución de los tiempos y de las nuevas tecnologías que conlleva nuevas costumbres en los juegos infantiles, seguro que la bicicleta ha sido el regalo estrella en muchos hogares. Para alguno de esos niños que hoy han recibido como juguete ese “trasto” con dos ruedas, el día mañana bien pudiera convertirse en su herramienta de trabajo para lograr un triunfo en la carrera ciclista más importante del Mundo.

Para que el lector tenga una idea del espíritu que invade a los niños una vez que se montan encima de la bici, les ofrecemos el siguiente video. Resulta curioso observar el ademán del infante que sólo habíamos conocido en un ciclista de tan dudosa catadura moral como es Rubén “Carajillín”.

martes, 3 de enero de 2012

IV Carajillada Navideña

Si algo tienen de bueno las tradiciones es que el simple hecho de poder cumplir con ellas, es ya de por sí una grata señal de que nos seguimos juntando con el fin de pasar un buen rato con la bicicleta, como siempre, como excusa. Nos gustan las tradiciones. En El Carajillo Alegre aprovechamos las mismas para hacer ostentación de nuestra filosofía bicicletera. Enjoy Cycling es algo más que una marca. Pasan los años y seguimos disfrutando con nuestro juguete de dos ruedas.

El pasado sábado, con motivo de la IV Carajillada Navideña, los carajillos despedimos a un vetusto, cano y ajado compañero de pedaladas que nos ha acompañado durante los últimos doce meses. Unas veces hemos ido a su rueda, otras ha sido él quien ha tenido que ver nuestro sillín y, en alguna ocasión, no ha dudado en darnos relevos. Estos últimos días, observábamos preocupados que su pedaleo ya no tenía la frescura de las primeras veces. Es ley de vida, pero no podíamos evitar cierta nostalgia de su otrora vigorosa pedalada, allá por los albores de su existencia. Durante el tiempo que nos ha acompañado, ha habido de todo: buenos momentos y no tan buenos. Incluso hemos superado alguna que otra situación difícil. Pero, como siempre, olvidamos éstos y nos quedamos con aquellos. En fin, nuestro compañero de escapada durante esta docena de meses dice que “se baja”. 2011 ya ha cumplido con su labor y exhausto ha puesto punto y final a su carrera, como los buenos jornaleros de la gloria ciclista.

2012 da sus primeras pedaladas. Se le nota cierto ímpetu propio de los ciclistas nóveles, desconocedor de que la primera dificultad montañosa, la denominada “Cuesta de Enero”, le va a infligir su primer “dolor de patas”. Luego, como les pasa a todos, aprenderá a dosificarse. La añada que le espera por delante es una prueba por etapas que no se gana en las primeras jornadas. Estas sólo sirven, si acaso, para hacerla perder.


Volviendo a la IV Carajillada Navideña, queremos agradecer desde El Carajillo Alegre a todos aquellos que tuvieron a bien acompañarnos en esta ocasión. Gracias a ellos disfrutamos de una jornada bicicletera especial. Algunos, avezados en la lucha contra el reloj que imponen obligaciones laborales y familiares, alcorzaron la ruta. Esto, lo de alcorzar, sólo son capaces de hacerlo por su condición de aragoneses, de lo contrario no les hubiera quedado otro remedio que atajar. Pero lo realmente importante es haber podido gozar durante unos kilómetros, los que sean, de su compañía. Incluso de la de aquellos que nos dieron el banderazo de salida, como Raul.


En lo estrictamente deportivo, cabe reseñar los tres pinchazos de la jornada. Lejos de los ocho de la primera edición, pero superando el solitario “punzamiento” del año pasado. El orache, al contrario que en la segunda edición que debió suspenderse por la lluvia, también fue propicio y apenas nos fustigó el Cierzo, lo que nos privó de una descarada ayuda en los kilómetros finales, en los que contamos con el refuerzo de Don Luis “Mákina” que vino a echarnos una mano.


Foto oficial de la IV Carajillada Navideña. Son todos los que están, pero no están todos los que son. Por cierto, ya florecen los árboles en Epila. Concretamente, los “casqueros” ya dan sus frutos.



Una de las alegrías del día: el reencuentro con Manolo, después de su inactividad motivada por una caída en la pasada "Ruta del Somontano".



Fernandico, un clásico de las Carajilladas Navideñas, acudió con este prototipo “retro”. Aprovechamos estas líneas para acordarnos, en tan entrañables fechas, de los amigos de lo ajeno que se encapricharon hace poco de su Cannondale.




De la añeja veinteañera de Fernandico a la flamante Cervélo S5 de José Miguel. Fashion, fashion.




En esta edición de la Carajillada Navideña, gozamos de la presencia de una buena representación del futuro del ciclismo aragonés. El relevo está asegurado.



Conjugando juventud con experiencia. Sin duda, Javi, con el traje de gala de la Lampre, puede contar muchas “aventuricas ciclistas”.



Dieguechu subió al podio gracias a su victoria en el “Sprint Especial” de Epila, donde tuvo lugar la Parada Técnica.




Adrián, como buen duatleta, por la mañana se “mete” sus más de cien kilómetros de bici y por la tarde se “chupa” la San Silvestre de Valladolid. Esto debe ser eso que llaman “transición”.




Jesús, como todos los años, es fiel a la Carajillada Navideña.



El “Dúo Sacapuntas”: Luisito y Alberto. Bien agarradicos.



El “Trío Calavera”: Richi recuperado de su lesión de hombro, Cera que estrenaba “look pirata” que causó sensación (¡antes muerta que sencilla!) y Jesusín que esta temporada ha dado el salto a la categoría élite (CAI).



Roberto y Rafa: dos ilustres del pelotón dando nivel a la Carajillada.



Ultimos kilómetros tirando a por Rubén “Carajillín” y Alberto “Mochuelo” que habían tomado unos segundos de ventaja a traición.



El que va tirando se gira con ademán de pedir relevo. Chuané, detrás, en clara actitud de venir a decir algo así como: “Tira, tira que te voy a dar relevo, pero hoy no… mañaaaana”.



Acto protocolario de entrega de trofeos.



¡Al trinkeeee!. Representación gráfica del célebre dicho: ¡Esas manos, que van al pan!.



Lo de los pinchicos morunos post-Carajillada Navideña, poco a poco, también se está convirtiendo en una costumbre digna de observación.



Armería de la Sección de Esgrima de El Carajillo Alegre. ¡Cuidadín que pinchan!.