Una vez más, hemos vuelto a gastar con nuestras cubiertas las carreteras pirenaicas. En esta ocasión, diseñamos un nuevo recorrido con tal fortuna que bien pudiéramos parecer una empresa de esas que se dedican a organizar eventos similares y que últimamente proliferan por doquier. Nada más lejos de la realidad. En nuestro caso, de lo que se trata es de disfrutar con la bici por paisajes diferentes a los que acostumbramos en nuestro rodar cotidiano.
Como suele ser habitual en los recorridos que El Carajillo Alegre suele diseñar, cuando de rutas pirenaicas se trata, intentamos que en la medida de lo posible, sean una sucesión de subidas y bajadas, huérfanas de kilómetros llanos. Venimos de la Tierra Plana y, como comprenderá el lector, en Zaragoza tenemos a nuestra entera disposición todo el llano que queremos. Normalmente, más de lo deseado. Como consecuencia de dicha premisa, en las dos últimas carajilladas pirenaicas, ambas con salida y llegada en la localidad tensina de Biescas, en un radio no superior a cuarenta kilómetros hemos ascendido hasta diez puertos diferentes. Cinco por jornada. ¿Nos posibilitará dicha proeza aumentar nuestro rendimiento cuando la carretera se empine en lo sucesivo?. Sinceramente, nos da lo mismo. El objetivo de las citadas carajilladas no es otro que divertirnos y pasar unas horicas en compañía de amigos, disfrutando de la bici. Y a fe que lo hemos conseguido sobradamente.
Sarrios. Lamentamos comunicar a los aficionados al ski que las expectativas para esta Semana Santa no son muy halagüeñas.
Balneario de Panticosa. Felis, Rubén y Rubén "Lenguagato" haciendo lo que mejor saben hacer: el canelo.
Aso, Yosa y Betés,
Dios te libre d'as tres.
En Aso
no te farán caso,
En Yosa
no te darán cosa
y Betés
a pior d'as tres.
Biescas. Como ya viene siendo habitual, reponemos fuerzas frente al "Altar de Milton", donde se veneran algunos de sus trofeos.