lunes, 11 de abril de 2011

Desde Biescas hasta Fanlo


Como quiera que la pasada semana disfrutamos de un clima espléndido, inusual par las fechas en las que estamos, ideal para la práctica de nuestro deporte favorito, algunos carajillos, vagos ellos, decidieron escaquearse de sus obligaciones laborales (unos con más derecho que otros) y huir de la tiranía de la gran ciudad para disfrutar de la bicicleta. La escusa era celebrar la festividad de San Juan Bautista de la Salle y el lugar elegido para ello el siempre majestuoso paisaje pirenaico.

Rubén echando una gotica de aceite a la cadena, instantes antes de emprender la marcha. Es curioso la cantidad de líquido oleaginoso que pierde este sujeto y que le obliga a reponerlo constantemente.

Subiendo el mítico Cotefablo. Dificultad montañosa que une los valles del Gállego y el Ara.


El Cotefablo también es denominado en alguna fabla local como “Cotecarlos”.


Chesús en Fanlo, capital del Valle Vió. Posando con la Peña Montañesa a sus espaldas.

Rubén y Felis coronando el puerto de Fanlo.


Making off. El trabajo de reportero gráfico entraña ciertos riesgos. Chesús, a la sazón autor de la anterior fotografía, casi es atropellado por los protagonistas de la misma.


En la carretera que une Fanlo con Sarvisé se encuentra el bosque de la Pardina del Señor, que es, en opinión de muchos, el bosque más espectacular de toda Europa en otoño. Tiene una mezcla de abetos, hayas, arces, álamos temblones, avellanos, serbales de cazadores, fresnos, cerezos, pinos silvestres, abedules, bojes, quejigos...


Chesús quitándose el chaleco para acometer la siguiente subida.


Sobre la marcha, decidimos acercarnos a Ordesa.



Saliendo de Torla, el impresionante paisaje es sólo un anticipo de lo que nos espera.



Pasado el Puente de los Navarros, la carretera se empieza a empinar.



Siguiendo por el valle del río Arazas.



A punto de llegar a la pradera de Ordesa, emerge entre el paisaje la Faja de Pelay.



Chesus y Rubén posan en este paradisiaco enclave.



Rubén, haznos una fotico… pero dale la vuelta al móvil, maño.



Así, sí.



Muy a nuestro pesar, abandonamos este precioso lugar.




Alberto y Rubén entrando a Torla.




Felis.



Chesús.



Torla, puerta de acceso del Valle de Ordesa, desde donde se devisa el imponente Mondarruego.



Rubén.



Tras dar buena cuenta de la vertiente este de Cotefablo, subimos a Barbenuta. Dada la acumulación de kilómetros y subidas, el nombre de esta población nos sirvió para la rima fácil y de dudoso gusto a la hora de elaborar múltiples improperios que describiesen la dificultad de la empresa.