En estos tiempos de globalización y mestizaje, es común entre los ciclistas mezclarse con grupetas ajenas a su habitat natural. Es por ello, que desde El Carajillo Alegre consideramos indispensable la publicación de un curso sobre vocablos y expresiones propias de la zona en la que nos movemos, léase Aragón, para que todos aquellos bicicleteros que tengan a bien rodar en grupetas aragonesas comprendan y entiendan aquellas expresiones propias de nuestra tierra y, de esta manera, resulte más fácil la integración.
Lección 3.
Las partes del ciclista (I).
En la presente unidad didáctica trataremos sobre la parte del cuerpo que más importancia cobra en la anatomía del común de los ciclistas y de los bicicleteros aragoneses en particular: “las garras”.
Para un ciclista forano, el término “garra” adquiere una significación propia del reino animal no racional, se entiende. Y, a buen seguro, de ahí se desprenda el origen de dicha acepción para referirse a las extremidades inferiores del bicicletero aragonés. En el idioma castellano una “garra” es una mano o pie del animal, cuando están armados de uñas corvas, fuertes y agudas. Observamos aquí otra reminiscencia del origen de la variante terminológica aragonesa: es común observar pies de ciclistas aborígenes dotados de unas poderosas uñas que una vez que se da el extraordinario ritual de su desprendimiento mediante corte o, rara vez, caída accidental, bien pudieran servir como decorativo cenicero y que recuerdan a cierto molusco lamelibranquio marino.
Las "garras" de Sean Kelly luego de imponerse en la Lieja-Bastogne-Lieja de 1984.
Una vez identificada la parte del cuerpo ciclista aragonés denominada “garra”, procede enumerar una relación de términos y expresiones asociadas a la misma que faciliten la comprensión al ciclista forano:
- Garrillas: Dícese de unas garras finas y delgadas, propias de ciclistas “arguellados”. Dicho término también define al ciclista que ostenta unas garras de este tipo, por lo general dotado para defenderse con éxito en las cuestas arriba.
"Garrillas".
- Pelarse las garras: La traducción literal de esta expresión al idioma castellano es “depilación”. Consiste en despojarse del hirsuto testimonio capilar que suele recubrir las garras. Los métodos varían desde la "pelada de garras a la cera”, hasta la tradicional “cuchilla”, pasando por las cremas o infernales máquinas “pelagarras”. Ocasionalmente, se han documentado casos de “socarramiento”, basados en reminiscencias propias de la matacía porcina tan arraigada en el medio rural aragonés. También se da la curiosa circunstancia de que algunos bicicleteros aprovechan la excusa de la “pelada de garras” para extender el campo de acción y rasurar determinadas zonas que nada tienen que ver con la actividad ciclista.
- Garroso: Dícese de aquel bicicletero que presenta unas garras con un grado de curvatura hacia el exterior tal, que bien pudieran caber entre ellas hasta tres bicicletas traveseras. El garroso es fácilmente reconocible, sobretodo cuando se detiene a orinar, pues lo hace entre paréntesis.
- Mal de garras: Molestia asociada, comúnmente, a determinada carga de los músculos propios de las garras. Por lo general, suele hacer acto de presencia los lunes, pero siempre en los momentos más inoportunos de la actividad ciclista.
Garras de carajillos. El Carajillo Alegre les recomienda que no hagan esto en sus casas. Esta foto está realizada por especialistas que apenas necesitan riego sanguíneo para sus cerebros, destinándolo casi exclusivamente para irrigar sus "garras", lo cual, para una persona normal tendría fatales consecuencias.
- Irse por las garras abajo: Expresión que sirve para reflejar el fenómeno que experimentan ciertos bicicleteros ante una situación ciclista que genera cierta tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves. Suele darse ante el inminente comienzo de una competición ciclista o bien en las estribaciones de una dificultad montañosa, por citar dos ejemplos muy comunes.
- Abrirse de garras: Expresión, íntimamente relacionada con las dos anteriores, que expresa el momento en el que el ciclista aragonés cede en su intento por mantener la prestación velocipédica deseada a consecuencia, generalmente, de un insoportable “mal de garras”. Es habitual que una vez que tiene lugar dicho fenómeno, se proceda, por parte del afectado, a esgrimir una bien elaborada retahíla de excusas que lo justifiquen. De aquí se desprende el contrastado axioma que dice que "las excusas son como el culo (con perdón), todos tenemos uno".
"Abrirse de garras".
- Esgarramantas: Aplicado al ciclismo, dícese de aquel bicicletero con escasas facultades para la actividad que nos ocupa y cuya condición le es recordada constantemente por sus congéneres, pues generalmente se da la circunstancia de que no es consciente de la misma.
Cuadrilla de "esgarramantas".