Los días pasan, los plazos de la UCI se echan encima y el futuro de nuestro amigo Diego Tamayo no termina de esclarecerse. El ciclismo no es ajeno a la problemática que se refleja en el resto de la sociedad y, concretamente, en la española. De tal manera, corredores con aptitud y actitud de sobra demostradas como Diego, contra todo pronóstico, no encuentran acomodo en un equipo ciclista profesional. En el caso de nuestro amigo, no se trata de una apuesta de riesgo, pues su condición y valía profesional están fuera de toda duda y refrendadas a lo largo de su carrera deportiva entre los más grandes.
La prensa de su país se hace eco de la difícil y, si me lo permiten, injusta situación de Diego Tamayo y así, medios como ElMundo.com o ElTiempo.com denuncian el momento que está viviendo su compatriota.
La esperanza es lo único que se pierde y, mientras espera una feliz noticia, Dieguechu sigue entrenando con la misma profesionalidad y dedicación que siempre, con la intención de atesorar una condición física óptima por si se presenta la tan anhelada oportunidad.