martes, 23 de octubre de 2012

IV Subida al Col Esterol - "La Mítica"




Amaneció el domingo la parroquia carajillil con la remota esperanza de que la inclemente meteorología diera una tregua y permitiese celebrar al IV Subida al Col Esterol. Miradas al cielo, a través de infinitas gotas de agua que rielan sobre el cristal de la ventana, en un vano intento de columbrar algún rayo de sol pugnando por emerger entre los negros nubarrones que se cernían sobre la capital del Ebro desde el pasado viernes. Como quiera que las previsiones no eran nada halagüeñas, la Organización ya había previsto una alternativa que evitase, en la medida de lo posible, el deslucimiento del evento. El objetivo era rendir honores al Col Esterol y a fe que los carajillos pusieron todo el empeño en tal empresa. Apenas importó cambiar bicicletas por vehículos motorizados y no pocos fueron los participantes que a la hora prevista se presentaron en las estribaciones de la ascensión con la intención de cumplir con la tradición un año más. 

Nutrida participación a pesar de las condiciones meteorológicas. Eso sí, destacar que ninguno de los participantes llevaba casco.

Ni tan siquiera la riada fue impedimento para llevar a cabo el sacrosanto ritual del unte, bien sea acompañado de magra, de longaniza o de chorizico. En este punto, se hizo patente el alto nivel de la totalidad de los participantes. No cabe duda de que los carajillos se habían preparado con denuedo, lo que se apreciaba en la fruición con que daban cuenta de las dos ascensiones al Col Esterol. Preocupados por dar lo máximo, no descuidaron la ingesta de líquido en ningún momento y fueron muy escrupulosos en llevar a cabo una correcta hidratación durante toda la competición. Sería difícil dilucidar ganador alguno, dada la categoría de los allí presentes, por lo que todos, una edición más, fueron clasificados ex aequo.

Carlicos no se resistió a posar con lo que para él son unas "reliquias ciclistas". A tenor de la verdad, alguno de los presentes no había visto una chichonera en su vida, ni sabían como colocársela.

Por segunda añada consecutiva, se hizo coincidir la Subida al Col Esterol con “La Mítica”. En esta ocasión, las condiciones meteorológicas sí influyeron decisivamente en la participación. Lo cual no es óbice para reconocer el nivel del vencedor: una equipación (maillot y coulotte) del mítico Mapei de 1995, acompañada de una chichonera Cinelli y unas gafas Briko como las que llevaban los corredores de la potente escuadra italiana en aquella época.

Después de las dos ascensiones al Col Esterol, se ven claras muestras del esfuerzo y la "fatiga" en alguno de los carajillos.

Una vez finalizada la prueba y la entrega de trofeos, algunos carajillos decidieron ir a contemplar las crecidas aguas del río que viene de las Galias: el Gallicus.

Mapei-GB 1995.
Vencedor II "La Mítica".