Tarde del sábado veintisiete de Abril. Como viene siendo habitual, el grupo de WhatsApp de El Carajillo Alegre comienza con su ritual de mensajes pre-competición. El debate sobre las posibles tácticas a llevar a cabo y sobre la conveniencia o no de llevar ruedas de perfil, dadas las rachas de viento que vaticinan las previsiones meteorológicas, centran el interés de los carajillos la víspera del II Trofeo Félix Rodríguez. La “clásica” de Calatorao, cuarta puntuable para la Copa Aragón Máster.
Mañana del domingo veintiocho de Abril. El primer mensaje con el que se desayuna la carajillada es una pregunta: “¿Sabéis contar?... pues no contéis conmigo”. Es Toño “el Figurín” que parece que ha sido el primero en mirar por la ventana y tomar una categórica decisión a tenor de la incesante lluvia y el gélido viento con que amanece la jornada. El resto de carajillos se auto engañan con aquello de que “vamos a Calatorao, tomamos café, vemos cómo está la cosa y, si eso, nos vamos a almorzar a Almonacid”. El plan y las intenciones se antojaban bastante cabales, pero ya se sabe que en un grupo donde se reúne el talento justico para llegar al final del día, del dicho al hecho el trecho es mayor de lo aconsejable.
Como habrá acertado a adivinar el perspicaz lector, excepción hecha de Javierre, la carajillada se aprestó, entre maldiciones, protestas y demás monsergas, a pertrecharse para lo que iba a ser una jornada dantesca. Felis le espetaba a Carlicos, mientras se cambiaban dentro del coche, que cómo habían llegado a esa situación y que si un día como ese, finalmente corrían una carrera de bicis, deberían hacérselo mirar. Minutos más tarde estaban bajo la pancarta de salida, que haría también las veces de meta, junto a más de medio centenar de insensatos, esperando que los jueces les dieran permiso para empezar la carrerica en cuestión.
Dadas las condiciones meteorológicas, el lector más fiel habrá deducido que Rubén “Carajillín” mostró la mejor de sus versiones, merced a esa legendaria y nutrida capa que separa su piel del músculo. Activo como pocos, encabezó la iniciativa que casi da al traste con una escapada de cuatro corredores que desde la segunda vuelta, lideraba la carrera y se disputó el triunfo con apenas dieciocho segundos de ventaja sobre el grupo donde viajaban el citado Rubén y Carlicos que logró un meritorio “top ten”. Rubén “Lenguagato” y Gerardo decidieron, con buen criterio, que pasar semejantes miserias sobre la bici puede ser cualquier cosa menos divertido. Ambos se reconfortaron con el calor de la ropa seca antes que el resto de sus amigos. Aún así, Gerardo mantuvo, una jornada más, el liderato de la Copa Aragón Máster-50. Felis logró la primera plaza en Máster-40 y se enfundó el maillot de líder en el mismo lugar, paradojas del destino, donde lo perdió el año pasado.
No cabe duda que el clima, lluvia y frío durante la totalidad de la prueba, condicionó el devenir de la misma. Apenas cuarenta corredores lograron cumplimentar todo el recorrido y no pocos sufrieron indicios de hipotermia. Algunos dicen que ésta es la épica del ciclismo… no nos atreveremos a decir lo contrario.
Fotos: José Manuel Carrillo en exclusiva para El Carajillo Alegre.