Llevaba unos días el Cera dando la
tabarra al resto de la caterva carajillera con la intención de dar a conocer su
entorno favorito a la hora de gastar cubiertas con su bicicleta: la Sierra del
Moncayo. Pese a que la mañana, en un principio, no invitaba a otra cosa que no
fuera permanecer calentico delante de un humeante café con leche, la ocasión
bien merecía hacer acopio de voluntad y vencer a la pereza desafiando a las
amenazadoras nubes. Una cuidada ruta diseñada por el anfitrión hizo las
delicias de los carajillos que se atrevieron a internarse en los dominios donde
dicen habitaba el mitológico ladrón Caco y se forjaban las más afamadas
falcatas celtíberas con acero del Moncayo y agua del río Queiles. No faltó,
incluso, algún tramo típicamente “flandrier” que hizo las delicias de los más “clasicómanos”
hasta Grisel.
Primeras rampas del coloso del día: El Moncayo. |
Dani camino de la cumbre. |
Dani, Rubén y Carlicos llegando a la Fuente de los Siete Caños. |
Espectacular vista panorámica de Tarazona desde La Diezma. |
Dura pugna de Cera y José Carlos por puntuar en el también llamado "Alto de Grisel". |
Paradica para refrescarse en el embalse del Val, anejo a Los Fayos. |
Entrada de la cabeza de carrera a la localidad del Los Fayos. |
De la dureza del recorrido da buena fe esta imagen que muestra como acabaron los carajillos implicados. |
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