Foto: Carlos Goñi
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Como quiera que este fin de semana el calendario Master Pro Tour daba un respiro a los veteranos más competitivos, los carajillos más talludicos mataron el hambre de dorsal en el legendario solar que vio nacer el Reino de Aragón. La décimo novena edición de la La Jacetania, clásica por excelencia del Alto Aragón, concretamente del Biello Aragón, se caracteriza por poseer un recorrido dinámico que va cambiando por mor de diferentes intereses. El originario discurría por “Los Cucuruchos” (en el argot carajillil, “Los Cucuruchos” es la ruta que atraviesa los valles y localidades de Echo, Jasa, Aísa y Borau transversalmente con el costoso peaje de franquear las subidas o “cucuruchos” que los separan), pero el deterioro del asfalto y su nula conservación (Aragón adolece de poseer uno de los ratios más bajos de voto… perdón, de habitante por metro cuadrado) desaconsejaron su pervivencia en favor de diversas alternativas como la de Oroel, Santa Bárbara y San Juan de La Peña o la opción más reciente que ha experimentado alguna variante y que este año incluía el descubrimiento del “coloso altoaragonés” que será final de etapa de la próxima Vuelta a España: El Alto de Rapitán.
Foto: Nacho Ara
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Sin duda, cualquier prueba que finaliza en alto posee una dificultad intrínseca, aunque sólo sea por este motivo. El Alto de Rapitán era, sin duda, el juez supremo y definitorio de esta edición de La Jacetania. Tres kilómetros al 8,3% de desnivel y con rampas que llegan hasta el 12% en los metros finales. Una subida que muchos han descubierto con motivo de la referida visita de la carrera por etapas más importante de la “piel de toro”. Es por ello que raro es el día en el que ningún afamado ciclista prueba sus propias fuerzas donde los harán los ases del pedal dentro de unas semanas. Curioso, pues esta subida lleva asfaltada más de treinta años y apenas era frecuentada por los aficionados. Bien se encarga de recordárnoslo el carajillo Felis una y otra vez, el muy pesado. Lamentando que antaño nadie quería subir al Rapitán para acompañarle al lugar donde residía durante sus estancias en Jaca. Tan sólo Gerardo “Museeuw” tenía a bien hacerle más llevadera la subida con su compañía a cambio de una cervezica en la cima. Por cierto, fue en las curvas del Rapitán donde Gerardo, sin mediar ningún tipo de palabra, convenció a Felis de montar unas bielas compact en la bici que tenía en la capital jaquesa. Los achuchones pertinentes para seguir la rueda del ilustre Gerardo, luego de sortear cada una de las curvas que jalonan la referida ascensión, fueron el mejor argumento. Felis llegó a la acertada conclusión de que no era cuestión de limpiar el asfalto con la lengua cada vez que subiese al Fuerte de Rapitán.
Foto: Nacho Ara
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Mañana fresquita en Jaca. Sin embargo, durante la prueba los más del medio millar de ciclistas que tomaron parte en esta edición de La Jacetania disfrutaron de una temperatura ideal para la práctica de su deporte favorito. En línea de salida Carlicos “Bombardero” Ortigosa y Felis “el Gritón” acompañados por su compañero del equipo Beton-GSport Eduardo. Pese a que la organización había anunciado convenientemente que la comida se comenzaría a servir a las tres de la tarde, parece ser que la mayoría de los participantes no se leyó el menú y creyeron que el primer plato consistía en una generosa razión de paella, pues el ritmo frenético que impusieron desde el comienzo de la prueba, daba a entender que había cierto temor a que el arroz se pasase si no llegaban a tiempo. Esto de leerse los reglamentos y todo aquello que la organización tiene a bien especificar a los inscritos en la prueba, bien pudiera aplicárselo el ínclito carajillo Felis que, por no mirar, no se mira ni el recorrido. Va de listillo, por aquello de que más sabe el diablo por viejo que por diablo, y no duda en aleccionar a sus compañeros como hizo una vez pasado el puerto de Puyeta, nada más salir de Ansó, cuando se acercó a Eduardo y Carlicos para advertirles de que todo lo que quedaba hasta Berdún era llano y que era hora de no descuidar la ingesta líquida y sólida. Cuando, de repente… “¿Pero a dónde va toda la gente?, ¿porqué giran a la izquierda, si hay que ir recto?.” Inmediatamente, Carlicos le corrige: “Que no, que no. Que se va por Echo”. Sin embargo, Felis se resiste: “¡No j****!. Que para ir a Echo hay que subir el Vedao”. Carlicos apostilla: “Pues eso”. Felis no rebla: “Que no. Que yo la última vez que la hice se iba recto”. Finalmente, Carlicos sentencia: “Pues en el recorrido venía bien claro que era por aquí. ¿No te lo has mirado?.” Ante esta última pregunta, Felis decidió no contestar para no demostrar lo evidente, mientras en su cabeza se agolpaban, por una lado, síntomas más propios de Rubén “Lenguagato” (“Me he chinao, me he chinao…”) y por otro una agradable vocecilla femenina que repetía una y otra vez “Recalculando, recalculando, recalculando…”.
Foto: Nacho Ara
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Foto: Barrio
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Por lo que al rendimiento de los carajillos respecta, destacar la notable “medalla de chocolate” de Carlicos que volvió a demostrar su famoso, inconmensurable y nunca bien ponderado potencial. Un cuarto puesto que se fraguó en el Alto de San Juan de la Peña, al ser uno de la apenas media docena que lograron no sucumbir ante el demoledor ritmo de ascensión del tal Aitor Artza. Felis se incrustó en el grupo perseguidor que circulaba inmediatamente tras los destacados, donde también iba Toño “el Figurín”, finalizando en décimo sexta posición. No obstante, desde El Carajillo Alegre, si bien no se puede obviar el gran mérito de una cuarta plaza en esta edición de La Jacetania, habida cuenta del alto nivel deportivo presente que todo el mundo coincidió en destacar, no queremos dejar pasar por alto un aspecto tan fundamental como el buen rendimiento de Carlicos. Por ello, le conminamos a que en lo sucesivo, se esmere en cuidar detalles tan fundamentales como el color de la camiseta interior. Carlicos, chavalín, a partir de ahora, van a comenzar a subir indefectiblemente las temperaturas y realizarás la maniobra de abrir completamente la cremallera de tu maillot para intentar, en un vano gesto, aliviar tu sufrimiento. Pues bien, mientras lleves el maillot de Beton-GSport, deseamos que durante muchos años, con su característico color amarillo huevo, blanco, rojo… Por favor, intenta evitar camisetas interiores de color verde fosforito.