martes, 12 de julio de 2011

Carajillada Pirenaica 2011



Desde que allá por los albores del pasado siglo, un tal Alphonse Steinés mintiese a su jefe, el patrón del Tour de Francia Henri Desgrange, sobre la idoneidad de ascender en bicicleta las rampas de este coloso pirenaico, el Tourmalet se ha convertido en un mito del ciclismo. Un puerto que está catalogado como el más duro de la cordillera que une el Cantábrico con el Mare Nostrum, junto con Larrau. Si bien, éste no ha adquirido las pinceladas míticas que ha trazado el Tour de Francia durante un siglo de historia.

Con el afán de emular a Octave Lapize, el primer ciclista que coronó la cumbre de este gigante, Enjoy Cycling con la colaboración de El Carajillo Alegre, en un intento por hacernos dignos herederos de dicha proeza, organiza todos los veranos la ya tradicional Carajillada Pirenaica que pretende rendir honores al gran Tourmalet. El recorrido sigue manteniéndose intacto desde que tuvimos la genial ocurrencia de preparar dicha aventura por primera vez: Arreau-Col du Tourmalet-Arreau, que incluye la ascensión por ambas caras del Col d’Aspin.



Sólo unas condiciones meteorológicas adversas pueden influir en el cambio de planes, mas este año el clima se alió con nosotros y disfrutamos de un tiempo ideal para la práctica del ciclismo. Quizá por ello, quizá por el poder de convocatoria de Enjoy Cycling y su esmerada logística al servicio de los asistentes a la misma, siempre bajo unas condiciones económicas más que ventajosas, lo cierto es que la participación en esta ocasión superó las expectativas más optimistas, habida cuenta de las sensibles ausencias previstas. Entre ellas, la más destacable, la del presidente de El Carajillo Alegre Rubén “Carajillín”.




La jornada transcurrió sin ningún incidente reseñable, si bien tuvimos que lamentar la indisposición de Luisito que, en un principio, aducimos a la pericia de Alberto “Mochuelo” al volante y, más concretamente, trazando las curvas que descienden desde el Tunel de Bielsa hasta Arreau. Destacar lo emotivo del acto de consecución del “Carnet de Ciclista” para todos aquellos que hollaban por primera vez la cima del Tourmalet. Chuané Estribou, fiel a su instinto globeril, no dejó pasar la jornada sin probar fortuna con un intento de ataque que le distanciase de los demás, haciendo uso de sus cualidades innatas que no diremos cuales son, pero que, sirva como pista, se mostraron en todo su esplendor en el descenso final del Col d’Aspin. Alberto “Mochuelo”, por su parte, sigue obsesionado con la adquisición de un grupo electrónico para su bicicleta, lo cual nos lleva a pensar que bien pudiera ser ésta al causa de la inoportuna aparición de ciertos campos electromagnéticos alrededor de los músculos de sus piernas. Algunos adujeron al llamado “mal de altura” las presuntas alucinaciones que creyeron ver en las inmediaciones de La Mongié, cuando fueron abordados por un grupo de llamas más propias de parajes andinos que pirenaicos. Como quiera que dicen que la mejor defensa es un buen ataque, alguno, ignorante de las intenciones del camélido, se apresuró a escupirle antes de que lo hiciera el animal. El de cuatro patas, se entiende.





Enjoy Cycling en un claro esfuerzo por dignificar el evento, contrató la presencia de, nada más y nada menos, dos vencedores de la Quebrantahuesos, a la sazón Enrique y Gerardo, que con su sabiduría y buen hacer en estas lides, deleitaron al resto de participantes. Sobretodo, en la posterior charla-coloquio que versó sobre “Estilismo ciclista aplicado a los calcetines. Análisis del contexto socio-cultural actual y su repercusión en la longitud de los mismos”. Dicha ponencia fue seguida con gran entusiasmo, especialmente por Rubén “Lenguagato” que, de esta manera, se congratuló por lo acertado de su criterio a la hora de elegir los calcetines que lució durante la jornada y que provocaron no pocos comentarios del resto de acompañantes. Los mismos que glosaron las excelencias del restaurante con las que Enjoy Cycling tuvo a bien agasajarles. En un marco incomparable, a la orilla del Neste, un self-service perfectamente pertrechado, donde no faltó el salami y el ofrecimiento del mismo: “¿Quiés salami?”.



En resumen, una agradable jornada en la que pudimos acuñar como nuestra aquella misiva que, hace un siglo, Alphonse Steinés le mandó a Henri Desgrange: “Atravesado Tourmalet. Muy buena ruta. Perfectamente practicable.”



Salida. Desde el mismo corazón de Arreau, el grupo se dispone a emprender la marcha.


Problemas mecánicos. La verdad es que con tanta gente, pensábamos que íbamos a tener que parar bastante por los lógicos incidentes mecánicos, pero éste que sufrió Carlos con la sirga del cambio, fue el único en toda la jornada.




Col d'Aspin. Por delante, Chuané hace gala de su saber adquirido a fuerza de años: "Te agarras de abajo, das un par de remadas fuertes, ris-ras y haces una selectividad de tres minutos".




José Antonio "el alemán" (también conocido en círculos caprinos como "el cuñao"), con Javierre, observan divertidos las evoluciones de los delante.





La grupeta de los sprinters. Rezagados por el infortunio mecánico anteriormente relatado, van pidiendo referencias para no llegar fuera de control.




Col d'Aspin. Desde aquí ya se ve casi el final. Las amenazadoras nubes sólo fueron una anécdota.




En le Aspin nos encontramos con unos compañeros "monzoneros".




Después del alarde, Chuané se lo toma con calma. Javierre y Javi tienen la deferencia de hacerle compañía.




Miguel Ballestar también quería formar parte de la "grupeta de los sprinters".




Javi y Fernando subiendo juntos el Aspin como buenos hermanos.




Ya estamos arriba. Esta es la cima del Aspin.




Abierto. Vía libre hacia el Toumalet.




Los calcetines de Rubén "Lenguagato". ¿Son en realidad unas medias bajas o unos calcetines largos?. Desde luego, no dejaron indifirentes a nadie.




Empazamos a afrontar el mítico coloso pirenaico.




Dani "el contaminao". Campeón del Mundo de lanzamiento de manguito estilo libre.




Santi y Javi "disfrutando" en las rampas del Tourmalet.




Seguimos "chino-chano". Atención: Gerardo se ha desabrochado dejando al aire su viril "pecho lobo".




Chuane prefiere pasar solo por debajo de la primera visera.




Aquí sí que creíamos que no volveriamos a ver el Sol, pero nos acompañó sin interrupción el resto de la etapa.




Ya se ve el final del mítico Tourmalet. Esto quiere decir que estamos muy cerca del temible tramo de La Mongie.




Este puerto es lo que tiene: es largo, pero duro.




A Gascón parece que le entra la risa floja.








La foto para el palmarés. Para unos la obtención del "Carnet de Ciclista", para otros la renovación.








De vuelta. Primeras rampas del Aspin con Enrique y Felis marcando ritmo.








Felis y Gerardo en los últimos cinco kilómetros de esta ascensión que son los más bonitos y, qué casualidad, los más duros.








A punto de coronar el Aspin. Ultima dificultad montañosa del día.






En esta foto se nota que estamos más contentos, porque sólo nos queda dejarnos caer hasta Arreau. Aunque algún "advenedizo" intentase hacer alarde de sus cualidades magras.




Tras la comida y ya en suelo aragonés (el escudo de la pared lo delata), ¿adivinan qué están echando en la tele que suscita el interés de todos estos bicicleteros?.



Reportaje gráfico & asistencia técnica, líquida y mecánica: Eva.