Pese a que ostenta como denominación oficial, desde hace alguna que otra década, el de Vuelta al Bajo Cinca, en El Carajillo Alegre la ya clásica open de Fraga es conocida como La Flecha Fragatina. De obligada cita para la parroquia carajillil, no en vano cuenta entre su extenso palmarés con dos carajillos ilustres: Gerardo (2008) y Dani (2010). Aquel no sucumbió a la tentación de renovar su éxito de hace tres años alegando que le parecía cara la carrera, dado que pese a cobrar inscripción (diez euros), sólo había premio para los tres primeros de la clasificación general, obviando cualquier tipo de recompensa para las diferentes categorías que tenían derecho a inscribirse en la prueba. Cabe destacar que semejante aseveración, procedente de alguien que hace alarde de tan poco aprecio a las manidas “hojalatas” con que los organizadores agasajan a los más destacados en sus carreras, es digna de reseña.
Esta edición de La Fecha Fragatina se caracterizó por la buena participación presente (cerca de setenta ciclistas de todas las categorías), el calor y la presencia de un molesto bochorno que si bien ayudó a los corredores en la primera mitad de la prueba, en la segunda fue un obstáculo que aconsejaba pensarse más de una vez cualquier intento de fuga en solitario. No fue el caso, porque a esas alturas de la carrera, ya se había formado la que sería la escapada buena que se constituyó cerca de Chalamera, tras innumerables intentos motivados por el aire a favor. La subida que une Ontiñena con Alcolea, seleccionó la escapada en siete corredores, aunque serían seis los que se presentaron ante el Castillo de Fraga para enfrentarse a la temible ascensión, por lo empinada, que separa las aguas del Zinca de la restaurada fortaleza. Alberto Sánchez llegó el primero, por delante de los carajillos Dani y Felis. Alberto Matute, Francesc Gironés y Javi Mínguez completaban las siguientes plazas de la clasificación.
