lunes, 20 de octubre de 2008

No volar en días nublados

Domingo 19 de Octubre. Mañana desapacible. El cielo gris envolvía a la capital del Ebro y las fuertes lluvias del día anterior hacían recelar de la jornada que se desperezaba. No obstante, algunos carajillos fueron fieles a la cita con la Peña Los Conejos y ya desde la salida de la Plaza de España, el tema de conversación más generalizado era sobre si el manto que se cernía sobre nuestras cabezas era niebla o, peor aún, signo premonitorio de lluvia. En estas estábamos "que si galgos o podencos", sin reparar en que algún avispado compañero en la rotonda de El Figón aprovechó el perímetro de la misma para volver sobre sus pasos, cuando nos introdujimos en una espesa boira que nos iba empapando poco a poco, mientras el suelo nos salpicaba y hacía lo propio.

En María se fue tomando la decisión de desistir del intentó de llevar a cabo la ruta programada, la "Ruta de Goya", para sustituirla por un almuerzo en Botorrita. Mas una vez superado el Botorritabergen, mientras unos se desviaban hacia el bar del pueblo, otros, la mayoría, seguían dirección a Jaulín, sin importarles el negro horizonte que se cernía sobre ellos.

Rubén “Carajillín”, Chema, Carlicos y Felis, hidrófobos ellos, dieron media vuelta y se volvieron hacia Zaragoza hartos de mojarse y pasar frío. Lo inclemente del clima aconsejaba no parar antes de Zaragoza, pero Rubén “Carajillín” instó con vehemencia al resto del cuarteto a deternerse en María de Huerva para tomar un café y poder ver el final de la carrera de Formula 1.

Volviendo hacia la capital, Chema tuvo oportunidad de probar a conciencia el cacharro ese que se ha agenciado para medir la potencia. Sin duda, en breve, tendrá ofertas de Iberdrola o Endesa para que garantice el suministro eléctrico de alguna gran ciudad. No en vano, nos consta que desde que se ha sabido la noticia de su nueva adquisición, han subido los valores de las energéticas en bolsa. Sin duda, un respiro en estos tiempos de crisis.

Rubén y Felis se fueron a hacer un poco más, para que Gerardo que se había ido a Jaulín, no se cachondease de ellos por haber hecho más kilómetros y poco antes de llegar a casa pudieron contemplar la siguiente imagen:

Sí señores, como lo ven! Antaño era signo de distinción tener aparcado a la puerta del chalet un coche de alta gama que denotaba el poder adquisitivo de su dueño. Si me apuran, hacer ostentación de tu propio helicóptero también es un signo elitista nada despreciable o un jet privado, pero aparcar en el jardín el caza de guerra ...
A las afueras de Movera, dirección Pastriz, se puede observar el monoplaza aparcado en tan inusual paradero.

Damos fe de que el avioncito en cuestión está ubicado en un chalet particular y no en un hangar, ni en ningún espacio destinado a aviones.