Dicen por ahí que existe. Que se trata de una suerte de bola incandescente
pendida en lo más alto del cielo y que entre sus bendiciones destacan las de
regalar luz y calor. Le llaman Sol. No teníamos por segura su existencia tras
un puñado de días en los que su presencia, por culpa de una pertinaz boira preta,
era una cuestión de fe. Así que como acólitos debotos de Santo Tomás, decidimos
unos cuantos heliófilos alejarnos prudentemente del valle del Ebro y a un
escaso medio centenar de kilómetros, en pleno Campo de Cariñena, en busca de
subidas que calentasen nuestros ateridos cuerpos recién emergentes de la húmeda
niebla, pudimos disfrutar de los templados rayos con los que el Astro Rey
bañaba las fértiles viñas de la zona.
Sin duda, el deseado Sol y la compañía, unido al magnífico paisaje,
contribuyeron a una espectacular jornada de ciclismo. Empero, no fueron pocas
las zonas sombrías que, en ocasiones, presentaban un asfalto con una delicada
túnica blanca que hacía temer lo peor. No en vano, el ristolero Angel y Felis
todavía tenían grabada en sus respectivas ancas la exhibición de patinaje con
bicicleta que protagonizaron en uno de los sombríos “bergen” de la zona de
Caldearenas, durante uno de los entrenamientos del Villanua Training Camp que
disfrutaron en el pasado puente festivo de la Constitución. Un doble mortal con
triple tirabuzón a consecuencia del cual, tres de los cuatro componentes de la
afamada Grupeta de Villanua deslizaron por el frío asfalto de aquella perdida
carretera del Sudoroel.
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15/12/13. Además de Félix, Carlicos, Angel, Gerardo y Felis, también fue en busca del Sol a Cariñena Rubén "Lenguagato". |