Como con la disputa del Memorial Cabrero no quedó saciado nuestro apetito competitivo, el domingo nos fuimos a Monteagudo. Carrera ubicada en un enclave indefinido entre Aragón, Navarra e, incluso, La Rioja. Sólo acertamos a concretar el denominado Apeadero de Fitero como verdadero “Territorio Apache” que si las circunstancias meteorológicas optan, a la sazón, por condimentar con una ración de viento, el pelotón se encargará de gratinar sus componentes por la cuneta. Posteriormente, una pizca de velocidad servirá para escalfar a los supervivientes y tenemos una carrera rota en mil pedazos con unos ciclistas convenientemente macerados en la línea de meta, sin necesidad de dificultades orográficas especialmente cruentas. Esta mezcla de ingredientes se dio el pasado domingo y el plato resultante respondió a la receta que, desde la salida, se elaboró por las carreteras de La Ribera.
Madrugadora escapada que, con el paso de los kilómetros, se fue despojando de los integrantes más débiles, para encumbrar a Teo Casabal tras 90 kilómetros de continua lucha, en cuyas posiciones de vanguardia se batió Dani, cuyo ímpetu privó de un puesto mejor que el sexto.
Alberto "Musculitos"
Los carajillos, tras la carrera, decidieron que regalarían a sus paladares otro tipo de menú más apetitoso y en la que se está convirtiendo en tradicional comida post-carrera, algunos dejaron de lado las más elementales normas de la dietética deportiva, haciendo los honores a profundos platos de “judías pochas”, aún a riesgo de empavonar los cristales del coche en el viaje de vuelta y con la certeza de no necesitar subir la temperatura del climatizador, para mayor tormento de sus acompañantes. Los Tamayos (Diego, Sebas y Vanessa) que venían de la carrera de Villatuerta, pueden dar fe de ello.
Los carajillos, tras la carrera, decidieron que regalarían a sus paladares otro tipo de menú más apetitoso y en la que se está convirtiendo en tradicional comida post-carrera, algunos dejaron de lado las más elementales normas de la dietética deportiva, haciendo los honores a profundos platos de “judías pochas”, aún a riesgo de empavonar los cristales del coche en el viaje de vuelta y con la certeza de no necesitar subir la temperatura del climatizador, para mayor tormento de sus acompañantes. Los Tamayos (Diego, Sebas y Vanessa) que venían de la carrera de Villatuerta, pueden dar fe de ello.
Podium Master-40 compuesto por Felis, Ricardo y Augusto.
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Maillot a juego con la BMC.
Bueno y después de una semana, parece que La Coloradica va bien. El piloto, no sin pocos esfuerzos, intenta estar a la altura.
BMC: Bicicleta Muy Carajillera
Para alguien que empezó en el ciclismo en la década de los ochenta (del siglo pasado), compartir un podium con Ricardo Catalán es todo un honor y un lujo. Como dice Cera: Ya soy uno de los grandes.
Fotos: El Carajillo Alegre by Eva.
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Bueno y después de una semana, parece que La Coloradica va bien. El piloto, no sin pocos esfuerzos, intenta estar a la altura.
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