Gerardo "Museeuw", Rubén "Carajillín", Felis "Gritón" y Rubén "Lenguagato", instantes antes de la salida, ajenos todavía a lo que les esperaba. El ímprobo madrugón no iba a ser nada más que el preludio de una sucesión de escollos a salvar aquella fría mañana de Junio. Unos predecibles, apostados en las faldas de Somport, Marie Blanque, Portalet y Hoz de Jaca, o inherente a los eternos doscientos kilómetros a recorrer. Otros, no por sospechados, menos crueles, como la lluvia, el frío y la niebla.
Los augurios no eran alentadores. El majestuoso mausoleo de Pirene, apenas contenía las negras nubes en la tierra de los francos. Nosotros debíamos ir hacia allí, como cada año, el penúltimo fin de semana de Junio. Siempre con la tímida esperanza de que lo evidente se tornara inverosímil. Acopio de comida, cambios postreros en algunos completos de la vestimenta para combatir las previsibles inclemencias meteorológicas y nervioso paseíllo hacia el cajón que dicta el color del dorsal.
Dieguechu y Rubén "Lenguagato" por la calles de Sabiñánigo. En las inmediaciones de Canfranc, la aparición de las primeras gotas se antojaba prólogo de una tragedia de incierto desenlace que dejó a cientos de sus protagonistas en la cuneta de la impotencia. La carajillada, “aquáfoba” en su mayoría, observó horrorizada como los elementos confluían en siniestro aquelarre. A Felis, instantes después de la salida, se le rompe la sirga del sofisticado cierre “BOA” de sus alpargatas Especialized S-Works “topegamadelamuelte”. El desdichado carajillo no cesaba de accionar la ruleta del citado sistema de ajuste, mientras notaba como, una y otra vez, su pie derecho gozaba de una libertad de movimientos nada adecuada para la empresa en cuestión. Como quiera que el carajillo comentó su desgracia en voz alta, quizá con la vana esperanza de que los miles de ciclistas que lo rodeaban, en un gesto de solidaridad bien entendida, hicieran causa común y le esperaran mientras solucionaba su infortunio, un anónimo compañero acertó a comentar: “Anda, que no había días para romperse”. No por elemental, menos sabia la aseveración que completó con un “No pienses en ello, que te rayarás”. Buen consejo, si no fuera por la incómoda sensación de llevar una chancla de piscina en el pie derecho, por todo calzado. El cerebro, sí créanlo, de nuestro personaje trabajaba a marchas forzadas para encontrar una solución o alternativa al problema, cuando vino a su mente una máxima de uno de sus profesores: “ingeniero viene de ingenio”. Miró de nuevo hacia la zapatilla y cerca de ella, con un sugerente color rojo pasión, se exhibía la que podía ser una alternativa de sujeción. Cual “macgyver” ciclista, despojó al chip de la cinta de velcro que lo aferraba a su tobillo e intentó, sin éxito, rodear la albarca ciclista con dicho utensilio sin bajarse de la bici. Rindiéndose a la evidencia, agachado en el arcén izquierdo, intentó ajustar, en la medida de lo posible, el desaguisado que había producido el díscolo cablecico. El relato del posterior sofocón para recuperar la cabeza del pelotón, lo dejaremos a la imaginación del amable lector.
Sebas "Bizcochito" finalizando la prueba.
Con la calzada que asciende al Summus Portus convertida en una lucha contra el agua y la cima envuelta en una pertinaz boira, era imperioso parar a abrigarse correctamente. Así lo entendieron los carajillos y algunos más de la cabeza, aunque no todos. Fuera por el citado receso, por las lógicas precauciones ante una infame bajada o por el atenazador frío, el objetivo de los carajillos anteponía la supervivencia ante cualquier ilusión deportiva. Entre la espesa niebla se difuminó Cera que luego se vería obligado al abandono. El arco iris que lucía en el pecho de su chaleco era un espejismo. El resto de la caterva carajillera, deambuló junta hasta el Portalet.
Felis dando las últimas pedaladas de esta QH.
Nunca antes me había percatado tanto de su presencia como en esta ocasión. Bien pudiera parecer fruto del delirio al que nos podría llevar el frío, pero no. Allí estaban, estoicos, impasibles ante las inclemencias circundantes con sus banderas rojas, con el único fin de advertirme de un potencial peligro. Nunca antes había podido valorar correctamente el verdadero mérito de los voluntarios. También pensé que era esta una ocasión ideal para que los últimos kilómetros del Portalet estuvieran huérfanos de la multitud que acostumbra a jalear a los ciclistas, pero no. Allí estaban, envueltos en impermeables o tocados con paraguas, animando e incluso gritando mi nombre, aquellos que me conocían. Gracias a todos y cada uno de ellos. En esta ocasión, su presencia ha sido más determinante que nunca.
Los del Barranqué, Dani y Choto, arrasaron en la TR.
Mención aparte merece la reseña sobre la hazaña de Obee Wan Dani que participó en la versión breve de la Quebrantahuesos. El del Barranqué se impuso con autoridad, tal como hizo, semanas antes, en la sesión corta de La Ribagorza. El Carajillo Alegre ha querido investigar el porqué de esta tendencia por las enjutas variedades de estas prestigiosas pruebas. Acudiendo a fuentes doctas en el tema, hemos consultado diversos estudios que concluyen que la tendencia a elegir las opciones cortas de los acontecimientos, se basan en ciertos complejos sobre el tamaño o dimensión de, generalmente, miembros o partes del propio cuerpo. Así, el individuo relaciona e identifica la magnitud de todo lo que le rodea de acuerdo a dichas dimensiones, por lo que tenderá a elegir lo pequeño para alcanzar un obsesivo equilibrio. No obstante, nos consta que Dani declaró a la prensa, nada más acabar la Treparriscos, que tenía la intención de acometer el reto de correr la Quebrantahuesos el año que viene. Tal extremo, sólo tiene una explicación científica, bien sea psicológica o quirúrgica.
Los Tamayos fumando en el Portalet. Felis terminando el Portalet. Obsérvese la tira roja que rodea su zapatilla derecha. Gerardo "Museeuw" parece que lleva asistencia técnica. Rubén "Carajillín" pisando lo fregado.
Y aquí la pareja feliz: Ricky que en está ocasión optó por un coulotte negro y Alberto "Musculitos". Llegada a Meta de Felis junto a Manu. El que va destacado unos metros delante es una tal Muguialday, vencedor de etapa en el Tour'92.