Campeonato C.R.I. Suecia. Detalle de la rampa de salida y del podio compuesto por Gustav Larsson, Sebastian Balck y Fredik Kessiakoff. No me negarán que estos suecos llevan a gala el estilismo IKEA hasta la saciedad.
Alto de Cartirana. Dice la leyenda que cuando le cazó el pelotón en la última vuelta, al pasar por el hotel "Mi Casa", donde se alojaba Banesto, se paró a cambiarse de ropa y prosiguió su entrenamiento hasta Pamplona.
Aquellos “estalentados” bicicleteros se afanaban en robar preciosos retazos temporales a sus obligaciones académicas, tres de ellos, y profesionales, el otro, para poder dedicarlas a prepararse lo mejor posible para tamaña empresa. Mariano, hoy conocido como "El Tío el Piolet" (versión montañesa del “Tío la Vara”) que por aquel entonces estudiaba Físicas, era el que más tiempo le dedicaba a la bici, mientras que Willy y Felis quedaban los miércoles por la tarde para hacer un par de horas y los viernes, tras acabar las clases de Empresariales e Ingeniería, respectivamente, más temprano que el resto de la semana, aprovechaban para subir al alto de San Esteban. A Juanjo, el negocio familiar en el que trabajaba, apenas le dejaba tiempo libre para poder disfrutar de la bicicleta.
Alto de Cartirana. Pelotón perseguidor comandado por Juan Martínez Oliver (Castellblanch).
Alto de Cartirana. Dentro del grupo, se puede divisar a Fernando Escartín, reconocible bajo la gorra de Mapei.
Aprovechaban cualquier excusa para conjugar los entrenamientos con la asistencia a eventos ciclistas que les apasionaban. Es por ello, que la celebración de los Campeonatos de España para profesionales que ese año se celebraban en la localidad serrablesa de Sabiñánigo, era una disculpa ideal para rodar por aquella privilegiada zona pirenaica y, de paso, presenciar las evoluciones de los ídolos del pedal.
Sabiñánigo. El grupo, a la altura de la estación de autobuses, encabezado por Joan Llaneras (ONCE), seguido de Díaz de Otazu (ONCE) y Rubén Gorospe (Euskadi). Un poco más atrás, con el maillot azul de Mapei, se distingue a Abraham Olano que sería, a la postre, el vencedor de la carrera.
Mariano que era el mejor conocedor de la redolada, había ideado un recorrido que Felis no pudo disfrutar, porque a la hora de montar la bicicleta, instantes antes de emprender la excursión, se le partió el eje de la rueda trasera de su Pinarello. Mientras Mariano y Willy se dirigían hacia las primeras estribaciones del Cotefablo, Felis decidió que era un día ideal para introducir en su preparación una sesión de senderismo que le llevase a las proximidades de Cartirana, donde la carrera daba una serie de vueltas al mítico circuito que subía hasta dicha localidad. Además, aprovecharía para hacer unas fotos con la Yashica de su padre que adornan estas líneas.