Se han cumplido recientemente dos años desde que a un grupo de globeros les diera por inmiscuirse en la Red de Redes con este espacio cibernético. A lo largo de esas dos añadas, hemos podido constatar como, lejos de buscar grandes índices de visitas, El Carajillo Alegre disfruta de la fidelidad de sus lectores como el más preciado de los bienes. Es éste el premio que nos invita a seguir con esta forma de entretenimiento al conectar el ordenador o computadora y que gira alrededor de la pasión por el deporte más bello: el ciclismo.
No obstante, nos consta que el lector de El Carajillo Alegre se precia de estar bien informado de otras actividades deportivas. Por ejemplo: seguro que estará al corriente de los diversos aconteceres del denominado Campeonato del Mundo del negocio del balón que estos días, nos ocupa hasta la saciedad. Y sin ningún temor a la duda, estará al tanto de los problemas que dicen, tiene el jugador de la selección española que se diferencia de los demás porque lleva guantes. Parece ser, el lector lo sabrá mejor que el que escribe estas humildes líneas, que la prensa especializada achaca a la presencia de su novia cierta disminución en su rendimiento. La moza en cuestión, que trabaja de periodista, se suele colocar muy cerca de la portería que defiende su amado. Muchos dudan de la profesionalidad del cancerbero y su concentración durante los partidos.
Se antoja harto difícil que a un ciclista le suceda algo parecido, pues no es usual que las parientas tengan permitido un lugar en el coche del director deportivo y, mucho menos aún, que dicho vehículo esté en contacto directo con el corredor durante la mayor parte de la carrera. No obstante, antes y después de la competición sí que se dan situaciones que pudieran dispersar la atención del ciclista a temas ajenos a la bicicleta. Sirvan las siguientes imágenes para ilustrar lo anteriormente expuesto.
No obstante, nos consta que el lector de El Carajillo Alegre se precia de estar bien informado de otras actividades deportivas. Por ejemplo: seguro que estará al corriente de los diversos aconteceres del denominado Campeonato del Mundo del negocio del balón que estos días, nos ocupa hasta la saciedad. Y sin ningún temor a la duda, estará al tanto de los problemas que dicen, tiene el jugador de la selección española que se diferencia de los demás porque lleva guantes. Parece ser, el lector lo sabrá mejor que el que escribe estas humildes líneas, que la prensa especializada achaca a la presencia de su novia cierta disminución en su rendimiento. La moza en cuestión, que trabaja de periodista, se suele colocar muy cerca de la portería que defiende su amado. Muchos dudan de la profesionalidad del cancerbero y su concentración durante los partidos.
Se antoja harto difícil que a un ciclista le suceda algo parecido, pues no es usual que las parientas tengan permitido un lugar en el coche del director deportivo y, mucho menos aún, que dicho vehículo esté en contacto directo con el corredor durante la mayor parte de la carrera. No obstante, antes y después de la competición sí que se dan situaciones que pudieran dispersar la atención del ciclista a temas ajenos a la bicicleta. Sirvan las siguientes imágenes para ilustrar lo anteriormente expuesto.
El tal Iker Casillas no es el único que se puede descentrar por la presencia de cierta periodista. Bradley Wiggins sufrió algo parecido en el pasado Giro de Italia. Obsérvese la cara de sufrimiento del británico. Desde luego, su concentración deja mucho que desear.
Algo capta la atención de Schleck y su compañero del Saxo Bank durante la última edición del Tour de California. Sus miradas se dirigen al mismo sitio … o ¿sería más apropiado hablar en plural?. 
Esta situación la sometemos a juicio del lector: ¿esta Jan Ullrich leyendo lo que pone en la banda de la señorita rubia que le acompaña o son otras circunstancias las que acaparan su atención?. Y si fuera así, ¿porqué le atrae más la lectura de la azafata rubia que la de la morena? … 