Terminamos el mes de Agosto con una buena noticia: la recuperación, tras varios años de ausencia de nuestro maltrecho calendario, de la clásica Social de Barbastro. En esta ocasión, en lugar del acostumbrado recorrido por Salas Altas, Salas Bajas, Naval y vuelta por El Grado, el Club Ciclista Barbastro se decantó por organizar la carrera en un circuito urbano, dentro de los actos que celebran las fiestas de esta localidad oscense.
Circuito callejero, con varias curvas y una subida pestosa, en cuya mitad se encontraba la línea de meta. Pese a ello, el recorrido no presentaba ningún punto especialmente peligroso y permitió una carrera bonita tanto para correrla, como para presenciarla. Además, contó con una buena respuesta a nivel de participación, con la presencia de corredores de provincias limítrofes.
El Carajillo Alegre no podía perderse este evento y, para ello, desplazó al Barranqué a varios de sus efectivos. Se imponía planificar escrupulosamente la táctica a seguir. Recuento de efectivos y estado de los mismos: Capi, carrera en Apatamonasterio la tarde anterior, dolor de patas considerable. Gerardo, cena familiar hasta las tantas, estado del colesterol lamentable. Felis, boda la tarde anterior, hora de acostamiento 03:30 de la madrugada. Cera, idem, hora de acostamiento las 01:00. Rubén, sin novedades, nada que reseñar. La situación estaba clara, Rubén era nuestro hombre, además, no podíamos pasar por alto que la carrera se disputaba por la mañana, con lo cual, era garantía de éxito por parte de nuestro líder.
Comenzó la prueba con una vuelta de reconocimiento en la que Rubén dio muestras de sus agresiva y, hasta ahora, desconocida conducción en circuito urbano que nos hacía temer que no podría concluir la prueba sin una parada para cambiar las gomas. Ya en plena competición, nuestro ilustre carajillo tomó con generosa disposición la cabeza de la misma en no pocos kilómetros. Fue tal su implicación en el objetivo que no dudó en tentar a la verticalidad en más de una ocasión. Pero la culminación de su actuación tuvo lugar pasado el ecuador de la prueba. En esa vuelta la organización primaba al primer corredor del pelotón que pasase por meta. A falta de dos curvas para afrontar la recta de llegada, Capi asume el mando del pelotón con un ritmo progresivamente alto, Felis no duda ni un instante, esa es la rueda a seguir. Poco antes de iniciar la trazada de la inminente curva, por la izquierda de ellos, léase interior de la curva, aparece como una exhalación Rubén “Carajillín” que una vez rebasados sus amigos carajillos, se vuelve hacia ellos y les dedica un elocuente “vamos, vamos!”, sin percatarse de los inoportunos invitados que llevaba soldados a su rueda. Para Capi y Felis, lo que hubiera sido una entrada privilegiada en la curva en primera y segunda posición, se estaba convirtiendo en una plaza no inferior al sexto lugar que no obstante, no les impidió ver, al salir de la curva, como Rubén hacía malabarismos sobre el bordillo de la acera, con las dos patas al aire y luchando por evitar la más que previsible caída. Finalmente, la cosa quedó en un susto, un bordillo rediseñado y abrillantado que hizo las veces de desmontable, sacando la cámara de su emplazamiento original y provocando el pinchazo de la rueda trasera del presidente honorífico de El Carajillo Alegre que perdió todas sus opciones de éxito ... con lo bien que iba!.
Por lo demás, victoria de Cera, escapado casi de salida, segundo puesto para Felis que fue el más rápido del pelotón, Gerardo hizo el cuarto y primer abuelo de 40 años y Capi sexto y primer Senior. Estos tres últimos, no contentos con el sofocón competitivo, se fueron a hacer una excursión bicicletera hasta Salinas para admirar las excelsas viñas de la D.O. Somontano.
Circuito callejero, con varias curvas y una subida pestosa, en cuya mitad se encontraba la línea de meta. Pese a ello, el recorrido no presentaba ningún punto especialmente peligroso y permitió una carrera bonita tanto para correrla, como para presenciarla. Además, contó con una buena respuesta a nivel de participación, con la presencia de corredores de provincias limítrofes.
El Carajillo Alegre no podía perderse este evento y, para ello, desplazó al Barranqué a varios de sus efectivos. Se imponía planificar escrupulosamente la táctica a seguir. Recuento de efectivos y estado de los mismos: Capi, carrera en Apatamonasterio la tarde anterior, dolor de patas considerable. Gerardo, cena familiar hasta las tantas, estado del colesterol lamentable. Felis, boda la tarde anterior, hora de acostamiento 03:30 de la madrugada. Cera, idem, hora de acostamiento las 01:00. Rubén, sin novedades, nada que reseñar. La situación estaba clara, Rubén era nuestro hombre, además, no podíamos pasar por alto que la carrera se disputaba por la mañana, con lo cual, era garantía de éxito por parte de nuestro líder.
Comenzó la prueba con una vuelta de reconocimiento en la que Rubén dio muestras de sus agresiva y, hasta ahora, desconocida conducción en circuito urbano que nos hacía temer que no podría concluir la prueba sin una parada para cambiar las gomas. Ya en plena competición, nuestro ilustre carajillo tomó con generosa disposición la cabeza de la misma en no pocos kilómetros. Fue tal su implicación en el objetivo que no dudó en tentar a la verticalidad en más de una ocasión. Pero la culminación de su actuación tuvo lugar pasado el ecuador de la prueba. En esa vuelta la organización primaba al primer corredor del pelotón que pasase por meta. A falta de dos curvas para afrontar la recta de llegada, Capi asume el mando del pelotón con un ritmo progresivamente alto, Felis no duda ni un instante, esa es la rueda a seguir. Poco antes de iniciar la trazada de la inminente curva, por la izquierda de ellos, léase interior de la curva, aparece como una exhalación Rubén “Carajillín” que una vez rebasados sus amigos carajillos, se vuelve hacia ellos y les dedica un elocuente “vamos, vamos!”, sin percatarse de los inoportunos invitados que llevaba soldados a su rueda. Para Capi y Felis, lo que hubiera sido una entrada privilegiada en la curva en primera y segunda posición, se estaba convirtiendo en una plaza no inferior al sexto lugar que no obstante, no les impidió ver, al salir de la curva, como Rubén hacía malabarismos sobre el bordillo de la acera, con las dos patas al aire y luchando por evitar la más que previsible caída. Finalmente, la cosa quedó en un susto, un bordillo rediseñado y abrillantado que hizo las veces de desmontable, sacando la cámara de su emplazamiento original y provocando el pinchazo de la rueda trasera del presidente honorífico de El Carajillo Alegre que perdió todas sus opciones de éxito ... con lo bien que iba!.
Por lo demás, victoria de Cera, escapado casi de salida, segundo puesto para Felis que fue el más rápido del pelotón, Gerardo hizo el cuarto y primer abuelo de 40 años y Capi sexto y primer Senior. Estos tres últimos, no contentos con el sofocón competitivo, se fueron a hacer una excursión bicicletera hasta Salinas para admirar las excelsas viñas de la D.O. Somontano.
Jorge Torres (5º y 2º Sub-23) y Felis. Dos grausinos hablando de su pueblo.