El pasado lunes asistimos a un momento épico en el Tour de Francia: dos compañeros entraban de la mano en un final mítico de la ronda por etapas más importante del Mundo. La imagen de Piepoli y Cobo en Hautacam la hemos columbrado infinidad de ocasiones cualquiera de nosotros en nuestros más calenturientos sueños ciclistas. ¿Quién no ha anhelado llegar triunfante de la mano, al final de una carrera, con un compañero y, sin embargo, amigo?.
Pues bien, nuestro Dieguechu le está cogiendo gustico al tema y ya lleva dos fines de semana seguidos entrando de esa guisa en cuantas carreras disputa. El pasado día 6, en la localidad vitoriana de Salinas, tuvo el placer de entrar de la mano de sus compañeros Hernán y Ferrari, haciendo tercero. La prueba adquirió tintes épicos para él, por cuanto realizó una portentosa demostración de agilidad durante la práctica totalidad del recorrido. La rotura de la palanca del cambio de platos, le impidió engranar el más grande de los mismos desde el kilómetro 20. Pero ni la rotura de un radio, ni un inoportuno pinchazo le privaron de disfrutar de la fiesta final del equipo Azpiru en el G.P. Virgen de Dorleta de Salinas.
El festival de los de la inmobiliaria de Azparren se prolongó un fin de semana más y, en esta ocasión, con motivo de la disputa del G.P. Ciudad de Burgos, Diego entró de la mano de Ferrari en la meta de la capital castellana.
Así que un tercero y un segundo que esperamos, sean preludio de que en la próxima, Diego acaricie la mano de algún compañero que celebre la victoria de nuestro carajillo.