El sábado
finalizó el periplo de las clásicas oscenses de final de temporada con la
disputa del XLIII Trofeo San Mateo dentro de los actos de las Fiestas de Monzón
que se celebran en honor a dicho santo. Una carrera que tiene lugar en el
tradicional y céntrico circuito urbano, sito en la carretera principal de la
localidad del Cinca, de un kilómetro y medio de cuerda. En la ocasión que nos
ocupa, el C.C. Boscos de Monzón logró convocar a algo más de setenta ciclistas
de todas las categorías. Lo cual, habla bien a las claras del éxito de esta
fórmula de competición y de la estratégica ubicación de estas carreras
limítrofes con la comunidad catalana.
Por parte de El
Carajillo Alegre, Rubén “Carajillín” y Felis fueron de la partida en la clásica
montisonense con la esperanza de que en esta ocasión, el primero no volviera a
dar con sus huesos en el suelo como hiciera la añada pasada. Un profundo charco
que aparece cada vez que llueve en el lugar exacto donde ocurrió el desgraciado
accidente, es testigo mudo del infortunio que sufrió nuestro amigo en la
edición anterior de esta carrera.
Las generosas
primas ofrecidas por la organización provocaron que la carrera adquiriera un
ritmo vertiginoso desde la primera vuelta, lo que motivo que antes del ecuador
de la misma se destacaran, por selección natural, casi una decena de corredores
que merced a que el entendimiento no fue el mejor desde el principio, poco a
poco se fueron desgranando unidades hasta que, a poco más de diez giros para el
final, apenas fueran siete los corredores con opciones a adjudicarse la
victoria. Como quiera que los ataques en cabeza se sucedían sin tregua,
finalmente el septeto se rompió llegando destacado a meta el ilerdense Cleo,
seguido a unos segundos por Felis y los élites Cantenys y Aubanell. Un poco
después llegarían el resto de supervivientes del grupo de vanguardia (los
también élites Alejandro López, Javier Paules y Jonathan Rubio) con unos
segundos de ventaja sobre el pelotón principal que encabezó Quim, seguido del
local Manu que logró subir al podio como tercer máster-30.
Rubén “Carajillín”
entró en el seno del pelotón entre los veinte primeros, luego de realizar
labores de control en beneficio de su amigo Felis, en la que fue su última
carrera en la categoría Máster-30. Para la temporada que viene ha confirmado su
paso a la categoría Máster-40 y ya se oyen voces que vaticinan un duelo de
titanes a la hora de asumir los galones de la categoría dentro de las huestes
carajilliles, pues afirman que Felis que ya va entrando en años, debe asumir
funciones domésticas de cara a potenciar la asignatura pendiente de Rubén:
aprovechar sus propias oportunidades y opciones. ¿Pesará tamaña responsabilidad
sobre los horondos hombros de “Carajillín”?, ¿volverá a sentir el vértigo desde
la altura de un podio que últimamente se le antoja esquivo?, ¿será capaz de
renunciar a los cantos de sirena procedentes de esas opíparas cenas que acostumbra
a regalarse un fin de semana sí y otro también?, ¿volveremos a ver la mítica
pose del “siluro” en cabeza de carrera?,… La respuesta a estas y muchas otras
preguntas más deberá esperar hasta la próxima temporada.
Podio Máster-40: Felis, César y Manel. |
Fotos, en exclusiva para El Carajillo Alegre, de Bea Baldellou.