Mientras la capital de Aragón ultimaba los preparativos previos al comienzo
de sus fiestas patronales, tres carajillos prefirieron abandonar las orillas
del Ebro para ir allí donde se hayan colinas plateadas, grises alcores,
cárdenas roquedas y, según Antonio Machado, el Duero traza su curva de
ballesta. El trío carajillil, a la sazón Jorge
“el Maño”, Rubén “Lenguagato” y Felis, decidió acudir al LIII Gran Premio Ciclista San Saturio de Soria, prueba ciclista incluida en los actos de
las fiestas de la citada localidad castellano-leonesa, toda vez que en el
programa de festejos de su ciudad, Zaragoza, no ha lugar a ningún evento
velocipédico. Sobre este extremo ya hemos tratado en añadas anteriores en este
modesto espacio digital, por lo que huelga cualquier comentario denunciando la
falta de acontecimientos ciclistas en las Fiestas del Pilar de Zaragoza. No
vayamos a parecer demasiado nostálgicos.
El pasado sábado se disputó el mítico Gran Premio Ciclista San Saturio. Una
prueba ciclista de más de medio siglo de antigüedad que en las dos últimas
ediciones, ha visto cambiado su recorrido habitual por culpa de las obras que
tienen lugar en los aledaños de La Dehesa. Entre los ciclistas invitados a esta
carrera que en la actualidad se disputa bajo la fórmula de “criterium”, El
Carajillo Alegre tuvo el honor de presentar al trío anteriormente referido. Una vez en la
Avenida de la Constitución soriana, los carajillos se percataron del error
logístico que por falta de previsión, cometieron al organizar el viaje a la
carrera que nos ocupa. Mientras el equipo Caja Rural fletó un autobús para
asistir convenientemente a sus corredores, el staff técnico de El Carajillo Alegre pasó por alto este detalle y no estuvo
a la altura de las circunstancias al no llevar un medio de locomoción similar
al de la escuadra navarra. Todavía no había comenzado la carrera y los de verde
ya habían marcado la diferencia con el resto de rivales, carajillos incluidos.
Sobre el devenir de la carrera ciclista en sí misma, nos limitaremos a
constatar que el color del coulotte de los Caja Rural es negro y los sillines
de sus bicicletas blancos. Poco más podemos añadir, a tenor de las impresiones
de nuestros protagonistas allí presentes ante la lógica superioridad del equipo
navarro que dominó las dos pruebas, puntuación y eliminación, y la general
combinada del Gran Premio San Saturio, copando el podio con Rubio, Insausti y
Molina.
Con la cita soriana, la sección de carretera de El Carajillo Alegre da por finalizada la temporada
competitiva, excepción hecha de la prestigiosa Subida al Col Esterol que se disputará, Dios mediante, el
próximo veinte de octubre y de la que daremos cumplida información en lo
sucesivo. No obstante, el carajillo amante de esa antinatural actividad
ciclista que consiste en mancharse por el monte, Carlicos, tendrá oportunidad de llenarse de polvo y barro en el
Open Diario de Navarra durante los próximos ocho fines de semana.