Aragón nunca ha sido una tierra especialmente prolífica en ciclistas profesionales. Por eso, cuando uno de ellos cesa en su actividad deportiva al más alto nivel no es una buena noticia. Más si cabe cuando la despedida es forzada por determinadas circunstancias y no por propia voluntad. Este es el caso de David Cañada que ha dado por finalizada su trayectoria en la élite mundial del ciclismo, cuando todavía pretendía continuar, al menos, una temporada más. La falta de ofertas interesantes y, sobretodo, la falta de palabra de los mentores del hoy denominado Footon-Servetto-Fuji (su equipo hasta la temporada pasada), han motivado que David haya tomado la decisión que estamos comentando.
Glosar aquí la trayectoria profesional de David Cañada se antoja harto tedioso, por cuanto es conocida por todos nuestros lectores y, a buen seguro, otros medios especializados ya lo habrán hecho. Pero sí que es justo recordar que estamos ante la despedida de uno de los tres mejores ciclistas aragoneses de las últimas décadas, junto con Carlos Hernández y Fernando Escartín. Vuelta a Murcia, Volta a Cataluña y Circuito de la Sarthe son sus hitos más reconocidos, pese a que David no ha sido un ciclista al que se le haya reconocido por acumular victorias, sino por sus prestaciones tanto individuales como colectivas. Las lesiones y, por último, la enfermedad que le ha apartado los últimos meses de la competición, han condicionado la que podría haber sido una carrera más rutilante, si cabe.
Aprovecharemos la ocasión para traer aquí una anécdota de nuestro protagonista, sin ánimo peyorativo. Hace ya un puñado de años, rodaba una grupeta por la carretera de San Mateo (Zaragoza) entretenida con una animada conversación. El mítico Chiqui y Felis disertaban sobre su tema favorito: la supremacía de Campagnolo sobre Chinigüano. En aquella ocasión, Felis llamaba la atención de Chiqui sobre las excelencias de la marca italiana que, una vez más, se había adelantado a los nipones en la implementación de las diez velocidades. Mientras Chiqui, en estéril pugna, intentaba defender las inexistentes bondades de la marca japonesa, los demás contertulios, que asistían entusiasmados a tan animado debate, esperaban ansiosos la opinión más autorizada de los allí presentes, la de todo un profesional UCI Pro-Tour, la de David Cañada. Éste, viéndose obligado a intervenir y habiéndose perdido, a buen seguro, alguna parte de la conversación, fue categórico en su afirmación: “Pues si Shimano ha sacado las diez coronas, Campagnolo no tardará mucho en hacerlo”. Hízose un respetuoso silencio y todos, sin excepción, dirigieron sus miradas a su flamante bicicleta Time, montada en Campagnolo Récord. Pasaron unos segundos que se antojaron eternos, hasta que un miembro de la grupeta, se atrevió a preguntarle al ínclito corredor del Quick Step: “David, ¿cuánto tiempo hace que no limpias los piñones?".