Podium Máster-40. Gerardo, Crespo y Díaz.
La cosa no pintaba muy bien que digamos. Las predicciones climatológicas no auguraban nada bueno. Lluvia, nieve a según que cotas, frío polar, … Nada invitaba a desplazarse a Pamplona a disputar el VIII Trofeo Palacio Castillo de Gorraiz-G.P. Ayuntamiento Valle de Egüés. Pero es bien cierto que nuestros compañeros del Valle de Egüés tienen por costumbre agasajarnos con un elegante “lunch post-competición” que constituye una buena excusa para acercarse a ese bonito paraje aledaño a la capital navarra. Así pues, echamos en nuestra bolsa de viaje todo nuestro arsenal contra el mal tiempo: chalecos de manga larga, guantes de guarritex, cubrezapatillas de güiniestoper, calzoncillos de borreguillo, … todo era poco para el gélido clima que esperábamos encontrar en Gorraiz.
Una vez allí, la cosa no era para tanto. Hacía frío, sí, pero nada que un par de capas de camisetas, una buena crema calentadora, de esas de Tomás, unos cubrezapatillas y unos guantes largos, no pudieran mitigar. Incluso el cielo se iba despojando de unas amenazadoras nubes ayudado por un viento que nos obligó, una carrera más, a limpiar con nuestras ruedas delanteras las cunetas de las carreteras de Navarra.
Un centenar de participantes tomaron la salida a las once de la mañana. Una salida que fue menos traumática que en las últimas competiciones, ¿tendrá algo que ver la no presencia de José Luis Capilla dando el saque de honor?. Sea como fuere, como viene siendo habitual en este recorrido clasicómano, las alternativas durante la carrera fueron constantes, pero, finalmente, ninguna fructificó y se presentó a las faldas del Castillo de Gorraiz un grupo selecto de poco más de treinta unidades. Iker Zabaleta hizo valer su devastadora punta de velocidad y se impuso, soltando de rueda, al resto de rivales.
El Carajillo Alegre contó con la representación de Gerardo y Felis. El primero se clasificó en novena posición y se alzó con el triunfo en la categoría Máster-40, mientras que el segundo, logró la sexta plaza y se llevó el trofeo como tercer Máster-30.
Una vez allí, la cosa no era para tanto. Hacía frío, sí, pero nada que un par de capas de camisetas, una buena crema calentadora, de esas de Tomás, unos cubrezapatillas y unos guantes largos, no pudieran mitigar. Incluso el cielo se iba despojando de unas amenazadoras nubes ayudado por un viento que nos obligó, una carrera más, a limpiar con nuestras ruedas delanteras las cunetas de las carreteras de Navarra.
Un centenar de participantes tomaron la salida a las once de la mañana. Una salida que fue menos traumática que en las últimas competiciones, ¿tendrá algo que ver la no presencia de José Luis Capilla dando el saque de honor?. Sea como fuere, como viene siendo habitual en este recorrido clasicómano, las alternativas durante la carrera fueron constantes, pero, finalmente, ninguna fructificó y se presentó a las faldas del Castillo de Gorraiz un grupo selecto de poco más de treinta unidades. Iker Zabaleta hizo valer su devastadora punta de velocidad y se impuso, soltando de rueda, al resto de rivales.
El Carajillo Alegre contó con la representación de Gerardo y Felis. El primero se clasificó en novena posición y se alzó con el triunfo en la categoría Máster-40, mientras que el segundo, logró la sexta plaza y se llevó el trofeo como tercer Máster-30.