La trigésimo octava edición del Trofeo Virgen de la Peña puso punto final a
la Copa Aragón Máster. Este año las fecha fue un poco más tardía que en
temporadas anteriores, pero este detalle no le quitó dureza a esta prueba que
antaño estaba reservada a los más mayores, al pertenecer a la Copa España de
Veteranos. Al contrario que en
certámenes anteriores, en esta ocasión ningún carajillo se jugaba algún puesto
relevante en la clasificación general de la Copa Máster Aragonesa. No obstante,
ello no fue óbice para que la carajillada presente se emplease a fondo y
muestra de ello es que hasta tres carajillos ocuparan plaza en el top-ten.
Carlicos fue el más destacado al
entrar en la escapada buena del día logrando la sexta plaza absoluta y la
tercera en la clasificación Máster-30. Incluso Manu sacó a relucir sus dotes de
consumado rodador, burlando la disciplina del pelotón en los últimos kilómetros
y llegando a meta con dos segundos de ventaja respecto al selecto grupo
prinicpal. Sin embargo, el que experimentó las mejores sensaciones fue el
afamado Rubén “Carajillín” que fue la envidia de todos por su fácil y suave
pedalear en un momento determinado de la prueba. Protagonizó esa incomparable
sensación que en el argot ciclista se denomina “ir sin cadena”. Lo malo de tal
circunstancia es que una vez que cesa la inercia de la bicicleta, lo más conveniente
es bajarse de la misma, recoger la cadena del suelo y acordarse de la familia
más directa de aquel que tuvo a bien apretar el eslabón de dispositivo de
transmisión de la montura en cuestión. Si, como es el caso que nos ocupa, el
que montó la cadena y el que la rompe es la misma persona, no queda más remedio
que resignarse.
Fotos: J.M. Carrillo. Tenemos alguna foto más y con mayor resolución en el perfil de Facebook de El Carajillo Alegre (link fotos Calatayud).