Hace poco más de una semana se
materializaron las gestiones llevadas a cabo por Diego Tamayo, con ocasión de
su primera visita a su país esta temporada, con el equipo de su hermano Sebas, el
GW Shimano-Envia-Gatorade. No en vano, el mayor de los Tamayo disfrutó durante
todas las competiciones disputadas en suelo colombiano con el apoyo logístico
de esta potente escuadra. Felizmente, pese a la dificultad por hacerse un hueco
en una plantilla ya confeccionada y con su presupuesto cerrado, Diego pudo
debutar con sus nuevos colores en la XXI Clásica del Carmen de Viboral. Una prueba
por etapas en la que intentó dar valor al excelente golpe de pedal demostrado
una semana antes en la Vuelta a Castellón, donde logró una notable octava plaza
ante lo más granado del ciclismo élite español. En esta ocasión, Diego tuvo que
sacrificar sus opciones personales en favor del interés colectivo de sus nuevos
compañeros y su quincuagésimo segunda plaza en la general final no deja de ser
anecdótica.
Aprovechamos esta reseña, referente a
la actualidad de los hermanos Tamayo, para destacar la tercera plaza conseguida
por Sebas hace un par de semanas en la prestigiosa Vuelta a Guatemala. Sebas
acompañó en lo más alto del podio a sus compañeros Oscar Sánchez y Jonathan
Millán, con los que llegó escapado en la primera etapa que sería decisiva en el
desenlace final de la clasificación general. Otra gran resultado en lo que
llevamos de temporada que, no cabe duda, hace presagiar un inminente y deseado
triunfo.