martes, 9 de abril de 2013

Doble cita en la Copa Aragón Máster: Cella y Monzón



Confiaba en su tejido adiposo. Aquel que le había permitido salir indemne de la épica batalla de Gorráiz. En aquella ocasión, mientras sus rivales caían cercenados por el frío y la lluvia, él columbraba a través de las gotas de agua que rielaban en la pantalla de sus gafas, los vetustos sillares que conforman las paredes del castillo-palacio que corona aquel altozano que domina el caserío pamplonés. Una vez en meta pensó que quizás debería haber sido más osado en su empeño, pues su musculatura se le antojaba menos maltrecha que la de aquellos que le habían acompañado en la recién finalizada pugna. Tres semanas más tarde, cuando los vaticinios meteorológicos desaconsejaban tomar parte en la contienda que iba a tener lugar en la turolense plaza de Cella, recordaba su suerte en la hazaña vivida por tierras navarras, anteriormente referida, y hacía oídos sordos a los lastimeros lamentos de sus amigos carajillos que imploraban no participar, mientras esgrimiendo una afilada sonrisa se regodeaba convencido de que era un ciclista especialmente dotado para competir bajo el azote del frío, la lluvia, la nieve o cualquier otra gélida adversidad climática que el destino bicicletero le pudiera deparar. Ahora estaba allí, presto para otra dura batalla, rodeado de unos pocos valientes que se refugiaban entre los estrechos callejones de la localidad de Cella. Rubén “Carajillín” confiaba en su tejido adiposo.
 
Podio Máster-40 del XI Memorial Olegario Gali (Cella): Ricardo, Felis y Luis "Coyi".

Y a fe que tenía motivos para ello, pues apenas comenzada la carrera, tras un infernal comienzo de la misma, se despojó de la compañía del escuálido pelotón con la complicidad de Paules y el resto de carajillos presentes ya no le vieron el sillín hasta que rindieron viaje en la localidad de la que habían partido al principio de la tarde del pasado sábado. Apenas cuatro carajillos tuvieron el escaso talento necesario para tomar parte en dicha competición, denominada XI Memorial Olegario Gali, dadas las previsiones meteorológicas y la nevada que en ocasiones padecieron durante el trayecto que separa la capital de Aragón de Cella. Justo es decir que una vez allí, pudieron constatar como las amenazadoras nubes concedían una voluble tregua a costa de un inclemente y gélido viento. Como no podía ser de otra manera, durante la incursión de la carrera por los Pinares de Rodeno, la nieve acompañó en determinados tramos a los ciclistas. Rubén logró una notable séptima plaza, luego de ir escapado toda la carrera, mientras que Gerardo y Felis subieron al podio de sus respectivas categorías. Carlicos está muy fino y eso le penalizó en tan fría tarde, pese a lo cual logró salvar los muebles.

Al día siguiente, a las faldas del legendario castillo templario de Monzón, tendría lugar la tercera edición del Trofeo Máster Ciudad de Monzón. En esta jornada dominical, la caterva carajillil celebró la reaparición de Rubén “Lenguagato” tras su convalecencia provocada por la rotura de una de sus costillas en el pasado Memorial Oscar Llanos. También, animados por un clima más benevolente que el de la jornada anterior, se acercaron Toño y Dani a la localidad oscense. Toño con la sana ambición de menearse algo más en carrera, para mayor regocijo de sus incondicionales seguidores. Carrera muy rápida, seguramente por el afán de los casi ciento cincuenta participantes por terminar pronto y no perderse la retransmisión de la París-Roubaix que la cadena de televisión que mantenemos con nuestros impuestos, a la sazón Teledeporte, tuvo a bien insertar entre partido y partido de tenis. La comitiva carajillil obtuvo el botín en forma de podio merced al segundo puesto en su categoría de Gerardo, pese a no colocarse convenientemente en el sprint masivo del pelotón al perder la rueda de Felis que en esta ocasión hacía las veces de lanzador de tan experimentado velocista. El propio Gerardo y Carlicos subieron a recoger el maillot que les acredita como líderes de la Copa Aragón Máster. Por los demás, como siempre, correr una carrera de bicicletas en Monzón siempre constituye una buena escusa para reencuentros con caras amigas.



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