Ha merecido la pena. Madrugar un domingo no está suficientemente remunerado, pero la ocasión era digna de semejante esfuerzo. Había que ver las evoluciones de Diego en la carrera más especial de todas las que se disputan en el calendario Elite-UCI. No todos los días un carajillo toma parte en el Campeonato del Mundo profesional, así que no había lugar para la pereza y los despertadores salían del letargo propio de una jornada festiva antes de lo normal. El principal temor que invadía a los ilusionados carajillos que iban a ver, seguramente, por primera vez en su vida un Mundial en pijama, era caer derrotados por el sueño y correr el riesgo de perderse alguna imagen de Dieguechu. Mas nuestro amigo se empeñó en que el peso de nuestros párpados se antojara liviano hasta tal extremo que nos mantuvimos desvelados desde el kilómetro cero hasta las últimas tres vueltas de la competición.
Poco importaba ya, en ese trío de giros que restaban para el desenlace de la carrera que viste de arco iris al que se denominará Campeón del Mundo durante un año, que Italia o Eslovenia no recibieran la justa recompensa al trabajo colectivo realizado, ni que Van Avermaet, Evans o Kolobnev, entre otros, no la obtuvieran al suyo individual. Tampoco importaba que hasta tres kilómetros de meta estuviéramos convencidos de que una Canyon se iba a proclamar, por segunda vez consecutiva, Campeona del Mundo, en esta ocasión gracias al belga Philippe Gilbert. Que Freire fuera capaz batir el tan manido récord de victorias era cuestión baladí, así como que el noruego Thor Hushovd apenas haya podido ostentar el maillot que le distingue como campeón de su país un par de meses escasos. Todo ello pasaba a un segundo plano ante el espectáculo que nos ha ofrecido nuestro amigo Diego.
Antes de partir hacia las antípodas, Diego nos confesó su intención de infiltrarse en alguna escapada y aprovechar su presencia en el Campeonato del Mundo para reivindicar su puesto en la categoría más importante del ciclismo de élite. Sin embargo, no era ajeno a la dificultad de una empresa sujeta a la tiranía de múltiples factores. Quizá por ello, decidió no depender de la suerte, en la medida de lo posible, y forzar él mismo la situación. Apenas se dio el banderazo de salida, Diego asestó un impetuoso ataque para conformar la escapada del día, en la que le acompañaron el ucraniano Oleksandr Kvachuk, el irlandés Matthew Brammeier, el venezolano Jackson Rodriguez y el marroquí Mohammed Said Elammoury. Si bien éste último perdió contacto kilómetros más tarde, antes de lograr la máxima diferencia de la fuga, que casi alcanzó los veinticuatro minutos.
Importante actuación la del carajillo colombiano que deseamos sirva para asegurar su permanencia en la élite del ciclismo mundial. Diego ha demostrado que se ha ganado, por derecho propio, un sitio en la categoría y que es una pieza muy válida para cualquier equipo Elite-UCI.
Presencia del El Carajillo Alegre en el Campeonato del Mundo. Diego mostró los calcetines Enjoy Cycling by El Carajillo Alegre a todo el orbe ciclista durante los más de doscientos kilómetros que permaneció escapado. (Foto: cyclingnews)
Toque exclusivo. Si de algo se precia un carajillo, es de no dejar indiferente a nadie en lo que a estilismo se refiere. Llevar una zapatilla de cada color en un Mundial, es propio del mejor de los carajillos y no pasó desapercibido ni a Perico Delgado en sus comentarios en Teledeporte. (Foto: Casey B. Gibson )
Toque exclusivo. Si de algo se precia un carajillo, es de no dejar indiferente a nadie en lo que a estilismo se refiere. Llevar una zapatilla de cada color en un Mundial, es propio del mejor de los carajillos y no pasó desapercibido ni a Perico Delgado en sus comentarios en Teledeporte. (Foto: Casey B. Gibson )
Diego Tamayo Campeón del Mundo de Puntuación... si la carrera se hubiera disputado bajo esa modalidad, pues nuestro amigo pasó casi todas la vueltas en primera posición por meta. (Foto: cyclingnews)
Los días previos a la competición, Diego también lucía orgulloso los calcetines Enjoy Cycling por Melbourne.