De todos es bien sabido que el ciclismo es uno de esos deportes en los que cabe la especialización. Es cierto que existen ciclistas completos que muestran unas capacidades similares en cada una de las diferentes características del deporte del pedal. Sirva como ejemplo para ilustrar esta última aseveración el caso del que esto escribe. Corredor completo donde los haya. Es decir, malo contrarreloj, malo bajando, malo esprintando y lo mismo a la hora de subir puertos.
Pero hoy nuestra intención es hablar sobre una especialidad del deporte de las bicicletas de ruedas finas. Comentaremos las características de un ciclista dotado de unas características que le diferencian del resto de sus congéneres. Nos referimos, en esta ocasión, al contrarrelojista.
Pero hoy nuestra intención es hablar sobre una especialidad del deporte de las bicicletas de ruedas finas. Comentaremos las características de un ciclista dotado de unas características que le diferencian del resto de sus congéneres. Nos referimos, en esta ocasión, al contrarrelojista.
En los tiempos en los que nos toca vivir, la contrarreloj se antoja una disciplina ciclista de vital importancia en el devenir de los acontecimientos velocipédicos. Para ilustrar la anterior soflama, nos serviremos de un ejemplar harto conocido por el amable lector. Rubén “Carajillín” encarna a la perfección el prototipo de contrarrelojista especialmente dotado para esta especialidad ciclista. De todos es conocida su pertinaz lucha contra la tiranía de las agujas del reloj. Raro es el día que no sale a entrenar con la insoportable presión, cual "espada de Damocles", de tener que llegar a una hora determinada a su hogar. Su esfuerzo y concentración, siempre tutelados por las prisas del crono, no son suficientes cuando recibe la llamada al móvil que le insta a redoblar su ímpetu para limar los segundos, incluso décimas de los mismos, que le permitan llegar un poco antes a la meta sita, siempre, en Montañana.
El siguiente reportaje gráfico hace referencia a las particularidades del material empleado por Rubén “Carajillín” y demás carajillos con el fin de desarrollar, con la mayor efectividad posible, sus facultades para mayor deleite del dios Chronos.
Obee Wan Dani, concentrado, sobre una sofisticada máquina que le llevará a ganar un jamón en Monzón.
Rubén "Carajillín" acoplado en la cabra. No se crean que esta subiendo, si toman como referencia la línea blanca, es que el fotógrafo esta torcido.
Retoques. Cuando se sale a probar la cabra, suele ocurrir que haya que parar a menudo para realizar pequeños ajustes, con el fin de conseguir la postura y medidas deseadas. En la imagen observamos como Rubén "Carajillín" ajusta el manillar y Cera ... se ajusta... bueno, otra cosa.
También puede pasar que te pegues un buen rato calentando con un "pedazo pepino" como el que ostenta Dieguechu en la foto y después los comisarios UCI no te dejen usarlo, como le pasó en la Vuelta a Andalucía.
Aunque una cabra espectacular no te garantiza, necesariamente, que te libres de los rigores de la disciplina contra el crono. La imagen de Diego en Poitou Charentes ilustra claramente el comentario.
Felis probando el "potro de tortura" los días previos a la Vuelta a Astudillo, donde había de disputar una contrarreloj.
Rubén "Carajillín" acoplado en la cabra. No se crean que esta subiendo, si toman como referencia la línea blanca, es que el fotógrafo esta torcido.
Retoques. Cuando se sale a probar la cabra, suele ocurrir que haya que parar a menudo para realizar pequeños ajustes, con el fin de conseguir la postura y medidas deseadas. En la imagen observamos como Rubén "Carajillín" ajusta el manillar y Cera ... se ajusta... bueno, otra cosa.
También puede pasar que te pegues un buen rato calentando con un "pedazo pepino" como el que ostenta Dieguechu en la foto y después los comisarios UCI no te dejen usarlo, como le pasó en la Vuelta a Andalucía.
Aunque una cabra espectacular no te garantiza, necesariamente, que te libres de los rigores de la disciplina contra el crono. La imagen de Diego en Poitou Charentes ilustra claramente el comentario.
Felis probando el "potro de tortura" los días previos a la Vuelta a Astudillo, donde había de disputar una contrarreloj.
¡Quién te ha visto y quién te ve, Floyd!. Los días felices en que cuidabas cualquier aspecto que te permitiese robar unas décimas al crono...