Hoy domingo, la carajillada, más despejada que de costumbre, quizá por aquello del cambio de hora, ha decidido guiar su destino hacia el Campo de Cariñena. Zona de gratificantes viñedos. Tras superar lo que Gerardo “Museeuw” da en llamar el Puerto de Longares, parada técnica en la villa que le otorga nombre. La sabiduría popular aragonesa, tiene por costumbre recitar la siguiente retahíla asaz erudita:
"En Longares, en donde cuatro huevos son dos pares;
y en llegando a Cariñena,
seis, media docena;
y llegando a Paniza
se comen con longaniza;
y en llegando a Aguarón
tres docenas un cartón".
Me cuenta Ciclista Anónimo que en su pueblo, las mujeres dicen:
"Mi marido y el tuyo,
fueron a Longares,
para comprar dos mulos,
y hacer dos pares".