miércoles, 21 de octubre de 2009

Hojas muertas

Pocas cosas me proporcionan más placer, encima de mi bicicleta, que pisar las hojas secas con las que los árboles tienen a bien decorar las carreteras otoñales. Sentirlas crujir, mientras se estremecen y protestan, bajo las cubiertas de mi bici. Es el privilegio que gozamos aquellos necesitados de algo tan baladí para ser felices. Hojas muertas que se han elevado del suelo al paso del que ha sido el gran protagonista del otoño ciclista, con permiso de Cadel Evans, su compañero el belga de Philippe Gilbert. Encadenando victoria tras victoria, primero en tierras italianas (Sabatini y Piamonte) y luego en los dos grandes monumentos que quedaban por diputar a los astros del pedal. París-Tours significó prolongar, un año más, su hegemonía en la eterna recta de Tours, mientras que en el Giro de Lombardía truncó la racha de Damiano Cunego. Los conatos del belga en la Vuelta a España, el pasado mes, bien pudieran haber sido una pista del punto de forma que pretendía alcanzar de cara a los últimos compromisos de la temporada. No es ningún secreto que Gilbert ("Felipe Gilberto" para los amigos) es uno de los ciclistas favoritos de El Carajillo Alegre, no en vano, ya le dijo Diego Tamayo en la Coppa Sabatini, luego de ascender por primera vez la subida de meta: “Esta llegada te va muy bien”. Unas horas más tarde, el belga le recordó sonriente su vaticinio a nuestro carajillo profesional, tras bajar del podio de Peccioli.


Tras su excepcional primavera, en la que consiguió meterse entre los cinco primeros en Flandes, Amstel y Lieja, Gilbert ha sido el dominador del otoño ciclista profesional del más alto nivel. (Foto exclusiva para E.C.A. realizada por nuestro corresponsal Grajan Guasón en la Lieja).


Las rampas aledañas al Castillo de Montjuich, volverán a cubrirse de nuevo de infinidad de difuntas hojas caducas. Nadie perturbará su eterno descanso. Cada vez quedan más lejos aquellos octubres que de repente, un fin de semana cualquiera, las despertaban de su mortal letargo con las vociferantes sirenas que precedían a intermitentes tumultos de bicicletas y gentes. Ya son dos años los que lamentamos, por estas fechas, el óbito de una histórica prueba ciclista que reunió, durante casi medio siglo, a los más grandes ciclistas de cada época y a los mejores en cada una de las pruebas del resto de categorías. Era en éstas donde adquiría gran repercusión cualquier gesta que tubiera lugar. Destacar en la Escalada a Montjuich, confería al protagonista un prestigio ganado en buena lid. Algunos todavía recordamos, por ejemplo, al caspolino Alfonso García ganando en la categoría de cadetes, allá por mediados de los ochenta del siglo pasado. La Subida a Montjuich es otra hoja muerta más del calendario ciclista. De esas que no apetece chafar con las ruedas de la bicicleta, pese a que cada vez es más difícil esquivarlas.

Diego, Raquel, Jesús y Sebas apurando una de las últimas tardes decentes para entrenar.



El Cera poniendo ritmo en las rampas del Alto de Mezalocha.

Javi y Chemica haciendo pareja de baile.


Gerardo "Museeuw" cierra la grupeta con una bici mítica (esa lleva unas cuantas muescas en la culata).