lunes, 20 de agosto de 2012

Laberouat: La subida que me achuchó


De los creadores de “Dos globeros muy globeros”, “No me ataques, que no te sigo” o la famosa saga “Demarra como puedas”, presentamos “Laberouat: La subida que me achuchó”.
Rubén al paso por Lescun.

De un tiempo a esta parte, se ha convertido en una de las dificultades montañosas más en boca de los bicicleteros, por lo menos por estos lares. La ascensión a Laberouat despierta la curiosidad de los amantes de sufrir en rampas de vertiginosos porcentajes. La subida comienza en el desvío a la localidad gala de Lescún, en la vertiente gala del Somport, y apenas ofrece algún respiro hasta donde termina el asfalto y, con él, la exigente ascensión en cuestión. Cerca de diez kilómetros al 9%, salpicado de violentas rampas, con dos kilómetros finales donde la inclinación del pavimento alcanza un ángulo más que considerable.


Llevaba un tiempo Rubén “Lenguagato” intentando engañar a Felis con el fin de embarcarle en una de sus “pilotadas pirenaicas”. Como quiera que había advertido algún signo de debilidad en éste al conseguir inscribirlo en la próxima Larra-Larrau, el de San Mateo vio claras posibilidades de repetir la operación con éxito y a fe que lo consiguió. Y es que Felis se está haciendo mayor y sucumbe, cada vez con una preocupante mayor frecuencia, a los cantos de sirena de ciertos “estalentaos bicicleteros”.


Salida fresquita desde la localidad altoaragonesa de Villanua e inmediatamente procede ascender al Summum Portus en paz y compaña. Rubén propone a Felis volver sobre sus pasos e ir a hacer barranquismo. Está claro que “Lenguagato” no tiene muchas ganas, pero lamentablemente su compañero de aventura no anda sobrado como para hacerle un préstamo de tan preciado bien. Poco a poco la cosa va cambiando favorablemente y, gracias seguramente al sobrecogedor paisaje pirenaico, el ánimo va creciendo a medida que la pareja se acerca al temible plato principal de la jornada.


Sin duda, el precioso entorno que rodea la ascensión a Laberouat hace más llevadero el rigor de la subida. Felis, desconocedor de la misma, sube con prudencia, expectante ante cualquier emboscada que pudiera aguardar a la vuelta de alguna de las innumerables curvas de herradura que jalonan la subida. La dureza se acumula, pero en su cabeza retumban unas palabras de Rubén advirtiendo que “lo más duro está al llegar a un paso canadiense” y todavía no ha alcanzado dicho hito. Justo en el momento en el que la carretera se adentra en la espesura del bosque aumentando su inclinación, aparece ante sus ojos el dichoso paso canadiense en todo su esplendor y constata, muy a su pesar, que su compañero no ha exagerado ni un ápice en cuanto a la dureza del tramo en cuestión. Dicha dificultad se ve agravada por el obstáculo de un rebaño ovino que ocupa la totalidad de la vía. Felis, entre los estertores propios del sublime esfuerzo, hace honor a su sobrenombre de “Gritón” y logra que los animales se vayan apartando al más puro estilo pastoril. El ir adelantando a los cuadrúpedos por su izquierda, no cabe duda que levanta la moral del ciclista en un lance en el que el velocímetro de la bicicleta no alcanza los dos dígitos. Sin embargo, la sensación es efímera, pues el pelotón lanar se parte en dos y nuestro protagonista observa impotente como algunas de las rezagadas, merced a un potente demarraje, alcanzan el primer grupo sin aparente dificultad.
Aquí tenemos a Rubén coronando Laberouat. ¡Qué sufrimiento!, ¿eh, Pedro?, ¡qué sufrimiento!. ¡Cuánta fatiga!. ¡Qué deporte más duro!, ¿eh, Pedro?, ¡qué deporte más duro!. 

El viaje de vuelta, con la obligada ascensión al interminable Somport, sirvió para constatar las nulas dotes meteorológicas de Rubén tras vaticinar que gozarían de la ayuda del viento durante la subida. Bien es cierto que matemáticamente gozaba de un cincuenta por ciento de posibilidades de acertar, pero en esta ocasión no hubo suerte. La oposición del aire frontal era tal que Felis no dudó en reprocharle sus habilidades como oráculo cada pocos minutos durante toda la ascensión.  


Tipical Cycling Frikiphoto.