No pudo ser más desafortunado el debut de nuestro amigo Diego en Bélgica. La ilusión de todos los carajillos “clasicómanos” por ver a uno de los nuestros en el escenario de las más grandes clásicas del ciclismo mundial, se tornó en tristeza y preocupación por las primeras y difusas noticias sobre el accidente de Diego. Primera etapa de Los Tres Días de La Panne, prueba que sirve como piedra de toque para los favoritos al triunfo en De Roonde, Diego se reintegra al pelotón, luego de un pinchazo, y ya entre la fila de coches, una brusca maniobra del coche de BMC, provoca la colisión con el carajillo que golpea brutalmente el retrovisor del vehículo con su antebrazo. El resultado: fractura del cúbito y radio que precisaron de intervención quirúrgica.
Una lástima, pues Diego gozaba de un estado de forma muy interesante de cara a sus compromisos más inminentes. Pero lo importante es que, en estos casos, hay que valorar que siempre podría haber sido peor y que, tras este obligado parón, volverá con renovado ímpetu.
Diego rodando sobre el mítico pavés del Muro de Kemmemberg, en un entrenamiento previo a Los Tres Días de La Panne.