A estas alturas, no es ningún secreto para los sufridos seguidores de este espacio en la Red que El Carajillo Alegre y, más concretamente, el que se esfuerza en la no siempre afortunada labor de juntar letras para crear los artículos que aquí aparecen, es un ferviente admirador de las Grandes Clásicas del Ciclismo Europeo. Aquellas que cuentan ordinales casi centenarios para enumerar sus ediciones y que discurren por las más estrechas y septentrionales carreteras del Viejo Continente. Allí donde De Roonde atrae tanta o más expectación de lo que aquí lo hace un partido de peloteros blancos y azulgranas
Este pasado domingo tuvo lugar la, para el que esto escribe, más bonita y espectacular: De Roonde Van Vlandeeren o, si lo prefieren, El Tour de Flandes. Sucesión de bellas imágenes ciclistas, de épicas acciones velocipédicas y de la máxima expresión de este deporte que nos apasiona. Donde la dureza de los adoquines, muros y ritmo de carrera, tornan a los otrora superhéroes del ciclismo en simples humanos sobre una bicicleta. Humanos, eso sí, pero diferentes al resto de los mortales que tienen por costumbre sufrir sobre los pedales. Mientras los Boonen, Flecha, Hincapie, Armstrong, … demostraban sus excepcionales cualidades entre sus congéneres, Fabian Cancellara emergió sobre todos ellos y los aplastó de un golpe certero, al que sólo osó responder el Campeón de Bélgica, para posteriormente rendir pleitesía, en humilde genuflexión, ante la puerta de la más famosa capilla del ciclismo.
En ocasiones, El Carajillo Alegre ha estado tentado en realizar el, no por manido, menos divertido, juego de los parecidos razonables. Siempre desde el respeto, eso sí. Pero por una cosa o por otra, quizás por ese afán de diferenciarnos de lo común, no lo hemos hecho. En la mente de todos nosotros hay simpáticas coincidencias fisonómicas que son dignas de ser publicadas. Algunas de ellas son evidentes, máxime cuando hasta familiares muy cercanos son incapaces de diferenciar a uno de otro cuando se comparan fotografías de ambos en acción ciclista. Este es el caso que nos ocupa y que, aprovechando la coyuntura, traemos ante ustedes.
Nos cabe el orgullo de tener a “Espartaco”, el gran Cancellara, vencedor de Milán-San Remo, París-Roubaix y reciente ganador de Tour de Flandes, muy cerca de nosotros. Seguramente, si usted vive en Zaragoza y frecuenta la carretera de Teruel en sus entrenamientos cotidianos, no le será difícil encontrarse en alguna feliz ocasión con él. Aproveche la oportunidad y pregúntele por sus gestas. Seguramente, él, amablemente, le atenderá gustoso. A nosotros, en concreto, nos invitó a un delicioso café en su casa, mientras nos enseñaba el tesoro gráfico que ornamenta una de las paredes de su morada.
Cancellara y el presidente de El Carajillo Alegre Rubén "Carajillín".