Como
viene siendo habitual, el mes de Julio es aquel en el que nos caduca a la
práctica totalidad de los carajillos el “carnet de ciclista”. Es por ello que
se hace obligatoria su renovación, para lo cual se hace indispensable el
gratificante trámite de la ascensión al coloso pirenaico del Tourmalet. A algún
que otro carajillo, como es el caso de Rubén, la fecha de caducidad de su
documentación ciclista caduca cada cinco años, a tenor de lo que se deduce de
su ausencia a la tradicional “Carajillada Pirenaica” desde 2009. No obstante,
en esta ocasión “Carajillín” cumplió con el precepto y renovó el documento que
le acredita como algo más que un bicicletero.
El
recorrido volvió a ser el tradicional (Arreau-Col de Aspin-Tourmalet-Col de
Aspin-Arreau), luego de la incursión el año pasado de la Horquette en el camino
de ida hacia el Tourmalet. Todavía estaban frescas las huellas del paso del
espectáculo ciclista más importante del Mundo un par de días atrás. Las
pintadas de ánimo a los participantes del Tour de Francia apenas dejaban sitio
para columbrar el gris del asfalto en los últimos kilómetros de ascensión. La
no menos tradicional Coca-Cola a precio de caviar iraní en el alto del
Tourmalet y la posterior comida a orillas del río en Arreau, completaron una
divertida jornada en la que los buenos momentos y las risas enmascararon las
posibles incomodidades que el ácido láctico de nuestras piernas pudieran haber
ocasionado durante los interminables kilómetros de subida, bajo los generosos
rayos de Sol que nos regaló un día climatológicamente perfecto.
En
nuestro perfil de Facebook de El Carajillo Alegre (Fotos Carajillada Pirenaica 2014) hemos colgado más fotos y con
mejor resolución que tenemos que agradecer a nuestra fotógrafa oficial Bea, que
hizo también las veces de afamada auxiliar durante todo el recorrido.
Tourmalet: a puntico de llegar a La Mongie. |
Nos encontramos con Romain Sicard (Europcar) que nos contó que estaba preparando la próxima Vuelta a España. |
Corti, Gerardo, Manu, Rubén, Javi, Felis y Carlicos en Col d'Aspin. |
Fotos: Bea Baldellou.