jueves, 28 de abril de 2011

Viernes Santo. Procesión de los Cucuruchos.



Sin duda, el símbolo más representativo de la Semana Santa aragonesa es el tambor o el bombo. Instrumentos que a fuerza de percutir, hacen estremecer a aquellos que se acercan a las procesiones que se celebran en esta época del año. Percusión que los bicicleteros nos afanamos en aplicar a los pedales de nuestras monturas, aprovechando estos días de vacaciones que nos regala el calendario.



El Carajillo Alegre, en un afán de imbuir a su actividad ciclista del ambiente de las fechas que nos ocupan, intentó diseñar, con motivo de la celebración del Sábado Santo que supone el punto final de los días de ayuno y abstinencia, una ruta que evocase reminiscencias de la Semana Santa. Como quiera que no era cuestión de salir en bici con un bombo a cuestas, aunque las peroratas de algún carajillo nos pongan la cabeza como dicho instrumento, decidimos diseñar una ruta cuyo perfil orográfico, salpicado por una sucesión de “cucuruchos”, constituía una clara alegoría a los capirotes con los que los hermanos de las distintas cofradías cubren su cabeza durante las citadas procesiones. La ya tradicional “Ruta de los Cucuruchos” hizo los honores a tan señalada ocasión.



Preciosa postal de Aísa. Comienza la jornada. Dani y Alberto salen de Esposa al encuetro del resto de carajllos que vienen del Valle del Aragón.



Alto de Aísa. Ambos tienen la esperanza de que los demás no se demoren mucho para ahorrarse alguna subida.




Alto del Angelé. Por ahora no hay suerte y, como no vengan pronto, no habrá quien les libre de este corto, pero duro "cucurucho".




Alto de Aísa. Ha habido suerte y no han tenido que subir todo el Alto del Angelé. Una vez se "chocan" los dos grupos, emprenden camino conjunto hacia Lizara.




Alto de Aísa. Este "cucurucho" va desde Borau hasta Aísa. Sobre estas localidades hay un dicho que reza: "Borau, culo aujerau. Los de Aísa, sin camisa".




Alto de Puyarrón. Las boiras cubren el Aspe.





Alto de Puyarrón. No cabe duda de que Enrique cuida con mimo su garganta.




Jasa. A orillas del río Osia. Pueblo de alta montaña con toda su belleza característica.





Aragüés del Puerto. A los de este pueblo les apodan "afumaus" y dicen que "en Aragüés, d'a punta coda ta tres".




Alto de Lizara. Nos internamos en el magnífico bosque de Labati.



Alto de Lizara. Los colosos Bisaurín ( 2669 mts.) y Napazal ( 2125 mts.) nos observan desde las alturas.



Alto de Lizara. Alberto dirigiéndose a las faldas del Bisaurín.




Alto de Lizara. A medida que ascendemos, la carretera se vuelve más exigente.



Alto de Lizara. Una perspectiva del desnivel. Desde luego, en las curvicas de esta subida hay que levantar la parte del cuerpo que acostumbra a estar en contacto con el sillín.



Alto de Lizara. Sobre nuestras cabezas, Napazal.



Alto de Lizara. Esta foto se titula "La insignificancia de los ciclistas ante el avasallador poder de la Naturaleza".



Alto de Lizara. Foto para el palmarés. Dani, Alberto, Enrique, Felis y Gerardo. Para delicia de los mitómanos, decir que en esta foto hay dos vencedores de la Quebrantahuesos... bueno, vale, y también un vencedor de la pequeñica, la Treparriscos.



Jasa. De vuelta, este pueblo tiene una entradica que se las trae.



Alto de Puyarrón. Esta vaca se nos quedó mirando con unos ojicos... No sabemos muy bien sus intenciones, pero yo creo que le gustamos.



Alto de Puyarrón. Hay que subir hasta allí arriba.




Alto de Puyarrón. Las típicas curvas donde el ciclista se aberroncha contra el rocaje vivo.



Alto de Puyarrón. Bueno, ya coronamos.




Alto de Puyarrón. ¡Alberto, espera que estamos abrochándonos el chaleco!. Como se nota que abajo, en Aísa, nos esperan los trofeos.



Aísa. Entrega de trofeos. Como es habitual, en el altamente recomendable Hostal Igüer de Aísa, tuvo lugar el momento más anhelado de la jornada. A partir de aquí, mientras Dani y Alberto se quedaban en Esposa, el resto todavía teníamos que dar buena cuenta del alto de Aísa y del Angelé antes de llagar a nuestras respectivas moradas.








Fotografías y Asistencia Técnica: Eva (El Carajillo Alegre).

miércoles, 27 de abril de 2011

Los tiempos están cambiando

Ya lo decía Bob Dylan allá por los años sesenta del pasado siglo, “Times they are changing”. Loquillo nos lo tradujo y apostilló que los tiempos están cambiando, pero además, “sin remisión”. Y es que los que peinamos ya alguna cana, si tenemos la suerte de poder peinar todavía algún testimonio capilar, vemos como el ciclismo de hoy en día poco tiene que ver con el que nos atrapó hace varias décadas.

La tecnología ha ocupado un puesto sumamente relevante en el devenir del mundo de la bicicleta y, amén de innovaciones que han incidido directamente en la evolución de la misma (les recomiendo que lean este exquisito artículo), no pocos han sido los “gadgets” que han tenido una aplicación directa en nuestro deporte favorito con la finalidad, se supone, de facilitarnos nuestra “vida ciclista”.





Temas relacionados con la medicina aparte, una de las noticias más controvertidas de la recién estrenada temporada ciclista profesional ha sido la progresiva prohibición del uso del “pinganillo” que está llevando a cabo la UCI. Los ciclistas, que evidencian una patente desunión en cualquier afrenta contra su medio de vida, en esto se han mostrado como un colectivo cohesionado y firme, aduciendo razones de seguridad en su reivindicación a favor de dichos artilugios radiofónicos. No piensen mal. Nada tiene que ver que los del volante bien pudieran ver recortados sus privilegios a la hora de jugar a su cotidiana partidica de “Pro Cycling Manager” que es lo que, a los más mayores, nos parecen las carreras ciclistas profesionales de hoy en día. Se da la circunstancia de que hay corredores profesionales que no han competido nunca, ni en juveniles, sin ser teledirigidos desde el coche del director deportivo. Huérfanos de instrucciones, algunos no saben desenvolverse con pericia en situaciones donde la táctica cobra una importancia fundamental. Por no hablar de las ya casi extintas “escapadas a bidón”, hoy en día defenestradas por pelotones abocados a una milimétrica labor de caza, siempre tutelada por las referencias que se gestionan desde los asientos de los coches de equipo. Si el verdadero motivo es la seguridad, el uso del “pinganillo” con una frecuencia abierta que pudiera ser escuchada por todos los receptores podría ser la solución. Pero…



La telefonía móvil también ha entrado por la puerta grande en el mundo del ciclismo. Hoy en día, se antoja casi inconcebible salir a la carretera sin dicho elemento en alguno de los bolsillos de nuestro maillot. Desde la más básica finalidad, como es la posibilidad de poder pedir ayuda ante cualquier imprevisto, hasta la más prosaica como es la realización de fotos que inmortalicen nuestra cotidianidad ciclista, pasando por todo el casi infinito elenco de “indispensables” aplicaciones que nos ofrecen los terminales actuales.




La tecnología aeroespacial, concretamente la de los satélites artificiales, ha aportado su granito de arena al desarrollo del Planeta Ciclista y el uso de GPS portátiles es una realidad cada vez más extendida y no pocos pedalean con su manillar conectado a un aparato sideral que orbita sobre nuestras cabezas. De esa manera, incluso, el aficionado puede ver en una web, monitorizados, todos los valores de su corredor favorito, si usa uno de estos dispositivos, claro.



Y hablando de “webs”, Internet ha revolucionado el mundo de la información y el ciclismo no es ajeno a dicha convulsión tecnológica. Hoy en día proliferan por doquier en la “Red de Redes” los blogs de temática ciclista, donde sus autores relatan sus peripecias cotidianas encima de la bicicleta. Así, tenemos los “fardablogs”, los “lloroblogs”, los “somardablogs”, los "frikiblogs”, … Sírvase el lector, con total libertad, catalogar el que está leyendo en estos momentos como mejor se le antoje. Por medio de las Redes Sociales, podemos estar al tanto de las sensaciones, opiniones, entrenamientos o competiciones, por ejemplo, del más famoso ciclista profesional o del más humilde cicloturista que se precie de hacer uso de las mismas. Y es que los tiempos avanzan que es una barbaridad.



“Pues la rueda todavía está girando
Y no está diciendo a quien
va a designar.
Pues el perdedor ahora,
va luego a ganar.
Porque los tiempos están cambiando”


Bob Dylan- Times they are changing (1963).



miércoles, 20 de abril de 2011

Reivindicando



El deplorable estado de las carreteras aragonesas es generalizado y, en la mayoría de los casos, va más allá de la incomodidad a la hora de rodar con nuestras bicis sobre un pavimento irregular. Es tal el deterioro de las mismas, que ya afecta de una manera preocupante a la seguridad no sólo de los ciclistas, sino del resto de vehículos que transitan por ellas. No hace muchos días, varios colectivos ciclistas unieron sus voces para reivindicar la mejora de la “carretera ciclista” que rinde homenaje en el pueblo natal de Goya, Fuendetodos. Dado el desdén de las autoridades a las que pagamos sus sueldos con nuestros impuestos, es lógico que las protestas vayan proliferando en lo sucesivo. Hoy, sin ir más lejos, nos hemos encontrado con una de ellas en la carretera que va a Farlete y Monegrillo, en plenos Monegros. Varios vecinos de la redolada han cortado esta mañana la vía, en un nefasto estado de conservación desde hace ya bastante tiempo, para demandar a los que dentro de muy poco nos pedirán el voto que tengan a bien acometer el necesario mantenimiento de esta carretera. Los frecuentes accidentes acaecidos en los últimos tiempos, bien pudieran ser un motivo digno de tener en consideración. Al paso por el punto de la protesta en cuestión, las gentes que allí estaban haciendo oír sus voces, nos han invitado a unirnos a dicha protesta. A lo que hemos accedido de buen grado.





Difícil se antoja la solución a este problema que parece se va a tornar endémico. Los presupuestos están esquilmados y las actuaciones de los políticos que tienen poder para ello no encuentran el jugoso rédito político que las hagan rentables. Ya saben, en Aragón somos pocos habitantes. Pocos votos. Tal vez, se nos ocurre, si cambiásemos de sistema político, en lugar de una democracia, rigiese nuestros destinos una “geocracia”, nuestra suerte sería diferente. Es decir, si en lugar de gozar de una representación política por números de habitantes, ésta fuera proporcional al número de metros cuadrados de la superficie de la Comunidad Autónoma en cuestión, seguramente se nos haría más caso y nuestras carreteras, entre otros servicios, estarían en mejores condiciones.



domingo, 17 de abril de 2011

Carajillada pirenaica


Una vez más, hemos vuelto a gastar con nuestras cubiertas las carreteras pirenaicas. En esta ocasión, diseñamos un nuevo recorrido con tal fortuna que bien pudiéramos parecer una empresa de esas que se dedican a organizar eventos similares y que últimamente proliferan por doquier. Nada más lejos de la realidad. En nuestro caso, de lo que se trata es de disfrutar con la bici por paisajes diferentes a los que acostumbramos en nuestro rodar cotidiano.



Como suele ser habitual en los recorridos que El Carajillo Alegre suele diseñar, cuando de rutas pirenaicas se trata, intentamos que en la medida de lo posible, sean una sucesión de subidas y bajadas, huérfanas de kilómetros llanos. Venimos de la Tierra Plana y, como comprenderá el lector, en Zaragoza tenemos a nuestra entera disposición todo el llano que queremos. Normalmente, más de lo deseado. Como consecuencia de dicha premisa, en las dos últimas carajilladas pirenaicas, ambas con salida y llegada en la localidad tensina de Biescas, en un radio no superior a cuarenta kilómetros hemos ascendido hasta diez puertos diferentes. Cinco por jornada. ¿Nos posibilitará dicha proeza aumentar nuestro rendimiento cuando la carretera se empine en lo sucesivo?. Sinceramente, nos da lo mismo. El objetivo de las citadas carajilladas no es otro que divertirnos y pasar unas horicas en compañía de amigos, disfrutando de la bici. Y a fe que lo hemos conseguido sobradamente.



Lanuza. El pantano, anejo a la localidad, bajo la imponente de la Peña Foratata.


Los dos Rubenes subiendo Portalet con Sallent al fondo.



Portalet. Rubén, Felis y Dani posando para la posteridad.



Sarrios. Segunda dificultad de la jornada.



Sarrios. Lamentamos comunicar a los aficionados al ski que las expectativas para esta Semana Santa no son muy halagüeñas.



Balneario de Pantcosa. Dani y Rubén se van directos a las aguas termales.



Balneario de Panticosa. Felis, Rubén y Rubén "Lenguagato" haciendo lo que mejor saben hacer: el canelo.



Hoz. Penúltimo esfuerzo ascendente. Se echa de menos el ambiente que hay aquí el día de la QH.



Hoz de Jaca. Pero, ¿quién ha dejado la jaula abierta?.



Acabamos con la empinada subida a Betés.


Aso, Yosa y Betés,

Dios te libre d'as tres.

En Aso

no te farán caso,

En Yosa

no te darán cosa

y Betés

a pior d'as tres.



Biescas. Como ya viene siendo habitual, reponemos fuerzas frente al "Altar de Milton", donde se veneran algunos de sus trofeos.


viernes, 15 de abril de 2011

Monlora

Rubén y Dani llegaron con cierta ventaja a las estribaciones del puerto de Sierra Mayor, junto a Paules y Tolosana.

El pasado domingo se disputó una de las “clásicas” de la temporada ciclista aragonesa: La Subida a Monlora. Una carrera popular que este año ha alcanzado la 27ª edición. Sí ha leído bien, “carrera popular”. En El Carajillo Alegre nos preciamos de llamar a las cosas por su nombre, aún a riesgo de grajearnos el desdén de algunos, y, desde luego, este tipo de pruebas ciclistas hace décadas que dejaron de ser “cicloturistas”. Una cita ciclista con clasificación y trofeos puede denominarse de la manera que se desee, no en vano estamos en la “Legislatura del Eufemismo”, pero ello no le inhibirá de la realidad. Además, la ventaja de este tipo de carreras es que si no tienes un día bueno o no te apetece forzar más de lo deseado, siempre puedes dedicarte a pasar un “bonito día de ciclismo”. Seguramente, esa sea clave del éxito de esta clase de acontecimientos ciclistas: que cada uno se los puede tomar como quiera de acuerdo a sus posibilidades o criterio genital, ajeno a la tiranía del cierre de control u otros condicionantes propios de las otras carreras.

El grupo perseguidor encabezado por Coyi.

En esta edición, como viene siendo habitual y dado que no había otras competiciones por los alrededores, se dieron cita en la línea de salida bastantes corredores de las categorías eminentemente competitivas, sobretodo con licencias de master, senior e, incluso, elite/sub-23. Estos últimos, es lógico que aprovechen estas carreras en el solar patrio para ejercitar su ego competitivo. Si tienen a bien observar el calendario de la Federación Aragonesa de Ciclismo, a fecha de hoy, estos zagales todavía no han tenido ninguna competición propia y tendrán que esperar hasta el dos de Mayo para coserse un dorsal en una carrera elite/sub-23 aragonesa. En junio tendrán otras dos, en Agosto tres y en Septiembre otras dos. Por lo tanto, es normal que aprovechen “carreras populares” como la Monlora para matar el gusanillo de la competición. De lo contrario, la otra opción que les queda pasa por cambiar de licencia y competir con los veteranos. Perdón, con los “master” que suena mucho mejor. Usted va el lunes al “curro” y mientras da buena cuenta del bocadillo, durante el almuerzo, su compañero se interesa sobre lo que ha hecho durante el fin de semana, por hablar de algo, y, claro, no es lo mismo decir que ha estado corriendo una “carrera de veteranos” que una “carrera de master”. No me negará que suena mucho mejor.

Dos ilustres, como Gerardo y Luis, acometiendo las rampas del puerto.

Nada mejor que un buen "achuchón" para curar el catarro. Dudoso método el utlizado por Gerardo.


Felis, en los últimos kilómetros de la prueba, camino de Luna.


Fotos de Marta en exclusiva para El Carajillo Alegre.